jueves, enero 30, 2014

MOLDEANDO NUESTRO CEREBRO Y NUESTRA PERSONALIDAD

MOLDEANDO NUESTRO CEREBRO Y NUESTRA PERSONALIDAD
     http://conocersecomprendercrecer.blogspot.mx/2011_11_01_archive.html

Atendiendo a la petición hecha en el post anterior, voy a seguir exponiendo en este post el funcionamiento de nuestro cerebro y cómo se va creando la personalidad y los estados emocionales que nos acompañan.

El cerebro está compuesto por unos cien mil millones de neuronas. Cada neurona tiene entre mil y diez mil sinapsis o puntos donde se conectan con otras neuronas. Las neuronas utilizan las conexiones para formar redes o circuitos neuronales entre ellas. Para que te hagas una idea, cada circuito neuronal representa un pensamiento, un recuerdo, una habilidad, un dato, etc.

Estos circuitos neuronales están interconectados y esta interconexión es lo que constituye ideas, recuerdos y emociones complejas.

Todos tenemos nuestra propia colección de experiencias y habilidades representada en los circuitos neuronales del cerebro y con estas nuestra propia estructura de  como percibimos el mundo.

Estos cambios químicos, producen reacciones emocionales, distorsionan nuestras percepciones y condicionan nuestras respuestas ante la gente y ante los acontecimientos de nuestra vida.

Cuando se practica algo alguna vez y otra y otras más, las células nerviosas crean una conexión cada vez más fuerte entre ellas y se hace cada vez más fácil activar esa red, que poco a poco se irá consolidando, de modo que llegado un determinado momento es difícil de cambiar. Este proceso se llama aprendizaje y muchas veces al realizarse de manera subconsciente o automática acabamos adoptando un modelo de conducta y de estados emocionales no deseados.

La buena noticia es que también se da el caso opuesto, las células nerviosas que no se activan a la vez dejan de interconectarse. Cada vez que no “alimentamos” un proceso mental o físico, las células nerviosas que están conectadas entre sí empiezan a romper su comunicación.

En términos científicos lo que ocurre es la que las dendritas o prolongaciones del cuerpo celular que se conectan con otras células, se desenganchan y quedan libres para reengancharse con otras células nerviosas formando nuevas pautas en potencia.

Y esta es la base del éxito del coaching o de la PNL (Programación Neurolingüística) y es que si dedicamos un tiempo a conocernos, a ver nuestros automatismos, a observar que nos limita, que nos potencia, si nuestros pensamientos son positivos o negativos, a identificar nuestro estado emocional, podemos llegar a romper el hábito de ser nosotros mismos. Desaprender lo que somos y que no nos gusta e incorporar nuevos pensamientos, que  generarán nuevos estados emocionales y que repetidos una y otra vez, por el mero hecho de repetirlo, el proceso de aprendizaje empieza a ser simple y a hacerse automático o subconsciente y al mismo tiempo estamos rompiendo la respuesta químicamente.

Y esto es lo que ofrece, en parte, el coaching y la PNL, resultados tangibles.

Pero esto no es tan simple como pensar que quiero cambiar. Necesitamos crear un observador de nosotros mismos para obtener una mayor perspectiva ya que como decía Albert Einstein: “No podemos resolver los  problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.”

Cuando una persona toma la decisión de reinventarse, tiene que tener en cuenta que hay un 40%  que viene determinado genéticamente  y un 60% que está libre para moldear.

La clave del éxito está en la constancia. Si haces de este proceso una prioridad en tu vida, tu realidad cambiará.

Vídeo de JOE DISPENZA (Bioquímico):

Lourdes Morales
Coach Co-Active CPCC
Desarrollo Personal, Profesional y de Equipos

MI CEREBRO MUSICAL


Este fantástico documental lleva al espectador a un viaje que nos muestra cómo procesa la música nuestro cerebro y cómo nuestra cultura da forma a nuestras preferencias musicales, ayudándonos a comprender nuestros motivos, miedos, deseos y recuerdos. Las pruebas manifiestan la actividad cerebral que se genera tanto en la percepción de sonidos del público como en el proceso creativo del compositor.

En cada una de las fases y los periodos de nuestra vida, nuestra naturaleza y la educación que recibimos conforman la obsesión exclusivamente humana de la música. El cantante Sting tiene un papel protagonista en "Mi cerebro musical" como músico, artista y conejillo de indias.

El video consta de 5 partes de 10 min. cada una aproximadamente.
 
http://www.youtube.com/watch?v=eQGqNlevh2o

NUESTRO CEREBRO DEL QUE TAN POCO SABEMOS

Nuestro cerebro del que tan poco sabemos

5 noviembre 2011
 
 
Converso con mi pensamiento, y él me dice: “¿Para qué sirve tanta riqueza en nuestras manos?” Si la riqueza fomenta compasión, uno desea ser pobre; si la pobreza genera odio, uno desea ser rico. Y es que el hombre es insaciable en cuanto a la posesión de riquezas (por bienes terrenales). “El dinero es como el abono que se echa a la tierra: de nada sirve si no se extiende”, dejó escrito Francis Bacon (pintor).
La sociedad que nos ha tocado vivir ( ¿ esa maravillosa democracia española, qué nos habla del estado de bienestar para todos, qué nos habla de la igualdad de oportunidades, qué nos habla de viviendas asequibles para nuestra juventud…?) ha “roto aguas”, y ha relegado a las personas longevas, única y exclusivamente, para que emitan su voto cada cuatro años…: a lo sumo ha construido pocas residencias-jaulas de soledad-donde podemos ir a morir, y, desde luego, ser olvidados por propios y/o extraños. Eso sí, para morir con tranquilidad, llevando sobre nuestras espaldas sacos pesados con tierras cargadas de olvidos, penas y sinsabores.
Estamos en un mundo presos del miedo y la no comunicación. Nos hace falta llorar, nos hace falta reír, nos hace falta comunicarnos…Nuestras penas y nuestras alegrías, pero comunicarnos. Por esto, sin duda, nos pasamos la vida “Mendigando humanidad”. Hagamos que nuestros semejantes sean hermanos nuestros. Nuestro cerebro del que tan poco sabemos es, sin duda, ‘la caja negra’ que transmite miles de órdenes a nuestro corazón, que riega la sangre necesaria para que podamos respirar, comer y dormir todos los días del Señor.
Pues si un doctor en Medicina nos proporciona el bienestar del cuerpo, el equilibrio emocional, y, al mismo tiempo, nos mitiga la violencia de algunas enfermedades-en la medida de sus fuerzas-, el dolor que acude rápido a nuestra alma será siempre más llevadero. Nosotros-los mortales-que somos meros pasajeros en tránsito, buscaremos siempre aquello que nos une con nuestros semejantes: el mismo origen, el mismo hábitat, el mismo destino…; y olvidaremos lo que nos diferencia: religión, xenofobia, racismo, idiomas diferentes, pobreza…
Nuestra cotidiana vida se está convirtiendo día a día en un creciente mundo de temores que nos amenazan: Miedo a morir, miedo al dolor, miedo a perder la cabeza…Son muchos miedos juntos que, según los expertos en la materia, erosionan nuestros cerebros terriblemente, y nos hacen pensar en la erosión que está sufriendo el ecosistema, la proliferación de las armas nucleares–el último caso al respecto lo está protagonizandoIrán, que trata de conseguir, y lo conseguirá bombas nucleares de destrucción masiva–,el terrorismo que corre por todo el Globo Terráqueo, la lucha para conseguir dinero y poder al precio que sea, tráfico y venta de órganos humanos sacados a cuchillos muertos de los cuerpos de inocentes criaturas–raptadas o vendidas por sus propios padres–.
Sin presente y sin futuro, necesariamente, la vida en la vejez tiende a refugiarse en el pasado: ¡Qué tristes perspectivas de vida se avecinan para las personas mayores! Pienso, muchas veces, que es provechoso reírse de un mismo e, incluso, de nuestra propia sombra: de esta manera descubro lo poco que sé, y lo mucho que me queda por aprender.
Y a todo esto llamamos cultura, globalización, democracia, derechos humanos… Todos son miedos y mentiras, todos son mentiras y miedos que marchan unidas en un perfecto engranaje que nadie sabe a dónde nos conducirá. Son el bien y el mal juntos, hermanados, que se dan la mano para pasear por estos mundos de Dios, y que siembran de crespones negros, a modo de agujeros, la geografía universal. Quizá estemos ciegos de soberbia, quizá hemos olvidados derramar lágrimas vírgenes, quizá vamos encarando un mundo sin control ni norma alguna bajo el signo de los políticos corruptos.
Nuestra actual sociedad se ha olvidado de nuestros niños y ancianos, ignorando que los últimos han sido ya los primeros y, si Dios quiere, los primeros serán los últimos. Y es que nuestras universidades utilizan medios educativos trasnochados, que imparten conocimientos pero se olvidan de forman personas- jóvenes-, que son los verdaderos motores para construir un mundo mejor que el nuestros. La historia así nos lo enseña, y Rubén Darío también en su maravillosa Canción de primavera: “¡Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver! (…)”.
¡Hoy tengo un mal día! ¡Todo lo veo negro! ¡Me duele el corazón!”, solemos decir, como si dicha víscera muscular fuera capaz de detectar dolores. Dentro de estas afirmaciones y otras similares llevamos inserto un mundo de miedos (fobias, muchas veces): miedo al amor, al infarto de miocardio, al cáncer, al Sida (Síndrome de Inmune-Deficiencia Adquirida), miedo a perder la cabeza, miedo al sufrimiento, miedo al dolor…: tantos miedos juntos crean barreras, barreras en nuestro intelecto. Todos estos temores que nos amenazan-en los prolegómenos del siglo XXI-al mismo tiempo, nos conducen inevitablemente al gran miedo que todos llevamos dentro: nuestro miedo a la muerte.
Las luces y sombras de nuestros miedos serán nuestros fieles compañeros a lo largo de nuestras vidas-cortas o largas, largas o cortas-: personajes, gestos y máscaras somos los humanos en este ‘Gran Teatro del Mundo’: es la muerte que siempre espera… Al nacer, sin duda, se nos asignan los libretos que hemos de representar para bien o para mal: a partir de entonces, cada uno ha de cargar con su correspondiente pesada piedra de molino. Ninguno de nosotros será profeta en su tierra, buscando nuestro asiento definitivo en tierra de nadie: en nuestro sepulcro correspondiente seremos tan sólo un número: el 666…es la Marca_de_la_Bestia .
Las luces y sombras de nuestros miedos…es la muerte, que pronto llega, y cuando, a partir de ese momento, las luces y las sombras se instalan en nuestros cerebros…llenos de miedos a lo desconocido. En fin, el hábito que crea el miedo -en nuestros cerebros-, nos hace proclives a contraer una enfermedad muy frecuente en nuestros días: la tan traída y llevada ‘depresión’…
¡Ya… me encuentro solo! De regreso, y cuando me hallo en mi casa, sobre la una de la madrugada, solamente escucho el ruido al paso de los últimos coches -sus ruedas-. Doy dos vueltas al cerrojo de la puerta –¡hay tantos ladrones hoy en día!–, y busco silencio –mi silencio– en mi soledad. El día ha sido francamente penoso: hablar con amigos que no lo son, saludar a personas que casi no conozco, recomendar a ciertos jóvenes –tunantes por naturaleza– que se presentan a oposiciones del Estado (lo cual hice por mero compromiso, aunque no puse mucho interés en tales recomendaciones, y entiendo que resultarán ineficaces), escuchar mentiras que luego se convertirán en verdades.
Siento, a veces, las pisadas de alguien que camina cerca de mí, y creo –ilusión pérdida– que me están espiando, que saben –algo o todo– de mi cita que tuve ayer con la señorita… por así llamarla, dado que esta casada, con marido y escopeta, con escopeta y marido. No tropecé con almas que amé –hombres y mujeres, compañeros míos–, porque habían fallecido. Y pensar que pude haber sido el último hombre/mujer sobre la tierra, si al salir por la mañana temprano la ciudad estuviera ya muerta… Y pensar que pude haber sido el último hombre/ mujer sobre la tierra… sin llegar a tener el tiempo necesario para escribir mi último poema. ¡Día infeliz el por mí pasado!
Porque cuando apago la luz de la mesita de noche, al objeto de dormir unas pocas horas (con mi edad son pocas las horas de sueño, que se aprovechan), mi cerebro, que no duerme –y saliendo de la noche oscura de mis pensamientos– entre sueños y ensueños, me habló: de los peces de mil colores; de la mujer asesinada por su pareja sentimental sin que nadie ponga solución efectiva a estas muertes violentas; de la discusiones encontradas en relación con las corridas de toros (para mí ‘los toros’ son una fiesta, y una muerte claro está, respetando las ideas discrepantes al respecto); de la mezcla de sangres distintas entre los contrayentes de la futuras monarquías (genes que cuentan) y de los falsos profetas Zapatero y Rajoy.
La Coruña, 5 de noviembre de 2011
© Mariano Cabrero Bárcena es escritor

DATOS SOBRE EL CEREBRO

http://drgarcia-tornel.blogspot.mx/2011/05/datos-sobre-el-cerebro-humano.HTML

¿PÉRDIDA DE MEMORIA O DE RETENCIÓN DE DATOS? POR JORGE SOTO

 
 
JORGESOTOMUSIC
 
Se comenta mucho que en algún momento podremos perder la capacidad de memorizar, esto debido al uso excesivo de internet para sacar de dudas algunos temas, a quien no le ha pasado que alguien pregunta -quien era el tipo de la película tal...???- y todo mundo va a su iphone, i pod para sacar de wikipedia la respuesta.
No estoy diciendo que este mal, siempre el conocimiento será bueno, pero lo que pasa es que al poder estar conectado todo el tiempo en realidad no te interesa guardar ese conocimiento en tu propia memoria porque seguramente nunca más escucharas de ese personaje en tu vida... es verdad?
Wikipedia es la enciclopedia más importante que nunca se había visto y you tube, ni se diga, pero sigamos con wikipedia y el ejemplo anterior, es verdad que esto nos puede pasar mínimo 3 veces al día, pero si dejamos de retener información, porque todos sabemos y nuestras madres no dejan de decírnoslo que el cerebro es un musculo y se tiene que usar, aunque la memoria de datos no es el único proceso que hace nuestro cerebro, nos ayuda a interactuar con los demás seres humanos.
Llegará el momento en el que tengamos esa región del cerebro tan atrofiada y mal usada que tengamos que utilizar un chip en la cabeza que a la velocidad de la luz se meta a la red, encuentre el dato que buscamos y nos lo diga en una explosión de conocimiento? y así podamos resolver cualquier duda aún más rápido que con nuestro proceso natural? onda como cuando Neo está aprendiendo KUNG-FU en la película THE MATRIX pero más avanzado.
Si así fuera el caso, no nos convendría mas tener todo ese acceso a toda esa información en cualquier momento y mucho más rápido que "hacer memoria"? no sería esta nuestra propia memoria?, que perderíamos, la retención de datos o la memoria en sí, y si la retención de datos es la memoria, o que parte de la memoria perderíamos? o estaríamos generando una nueva zona en el cerebro de datos fragmentados?
 
JORGE SOTO.
 

 
-Memoria… perder la memoria… desconectarse…conectarse ..robotizarse…mmm, la verdad creo que sería muy difícil perder esa capacidad que desde antes de nacer ya se está ejercitando y utilizando, claro, posteriormente hay diferentes clases de memoria, (estará correcto decirlo así?).
Pienso en los años escolares (kínder… universidad, maestría..etc) ¿Cuánta de toda esa información tenemos realmente almacenada en alguna parte de nuestro cerebro?, cuanta de esa información utilizamos conscientemente y cuanta inconscientemente (esas veces que nos sorprendemos a nosotros mismos encontrando respuestas a complicados ejercicios matemáticos o psicológicos).
Es verdad, hoy día tenemos a la mano muchos recursos que nos dan respuestas (correctas o incorrectas/ porque depende mucho de quién haya subido la información y que nosotros damos como cierta a pies juntillas), pero si hay algo que realmente mueve nuestro interés, pienso que se almacenará en algún lugar de nuestro cerebro, así como lo que nos parezca superficial pues lo más seguro es que se desechará, porque nuestro inconsciente ya sabe dónde encontrarlo (y para eso también estaría trabajando nuestra memoria). Esta capacidad de escoger qué se queda y que se va, sin embargo ¿Estamos realmente seguros de que se borra o se deshecha? O en realidad no sabemos cómo accesar a esa información?).
Y entonces (vamos a Wikipedia o a Google jejee) me recuerda esa película de Robin Williams, en donde su trabajo era sacar un chip de memoria insertado en el cerebro de las personas, que graba toda su vida y utiliza esta información para hacer una “Presentación” para su último adiós. (La memoria de los muertos) (The final cut), consideraría esta consulta como un apoyo a mi memoria, porque ya tengo grabado el contenido que me interesa y sólo lo complementé, porque si no sé qué voy a buscar, cómo lo buscaría?.
Ahora si nos vamos por el lado de que tanto niños, adolescentes y hasta adultos utilizan la internet para copiar y pegar tareas escolares, sin siquiera a veces leer el contenido de lo que están copiando, bueno ni siquiera cambiarle o darle un formato, tan sólo para cubrir un “requisito” que consideran sin importancia, ahí ya estamos entrando a otro tipo de problema y ahí sí sería un poco lo que dices, el cerebro es un músculo y hay que ejercitarlo y si desde los inicios escolares que es cuando los niños cimentan las bases de este principio no lo utilizan,  pues digamos que estamos fritos.
A mí me parece que en un futuro (no muy cercano) las computadoras o más bien el acceso a las redes, sí podrían llegar a ser un microchip injertado en el cerebro, pero espero fuera utilizado al servicio de nuestro cerebro, no “en vez de…”, como todas esas investigaciones que se están realizando y que según dicen ya no están lejos de ser realidad como el poder conectar cables en el cráneo tanto para ayudar a las personas que no tienen audición, o a las personas débiles visuales y algunos otros problemas, para corregir o restaurar estas capacidades (¿Artificialmente?).
Si caminamos hacia adelante, irremediablemente tendremos que evolucionar pero para ser mejores, para aprender a utilizar mejor las herramientas que tenemos a la mano a nuestro favor, y no sé si en vez de utilizar el término de memoria, más bien estaríamos hablando de utilizar mejor nuestra inteligencia.  Como bien dices, nos serviría mucho tener acceso mucho más rápido a la información que conformarnos en algunos aspectos a “hacer memoria”, y creo que tal vez afectaría retención de algunos datos, sin afectar las capacidades cerebrales… uy qué rollote me hice en la cabeza.    
 
LUCÍA

martes, enero 28, 2014

SUEÑOS DE CENIZAS /SANDILU

SUEÑOS DE CENIZAS
http://sentimiento-creativo.blogspot.mx/
Y el Ave Fénix me dijo en un sueño:
- ¿Por qué no despliegas tus alas y dejas que el viento te lleve hacia aguas tranquilas?
A lo que yo contesté:
- Porque mis alas están marchitas y ese lugar que mencionas no creo que exista más.
- ¿Te encuentras en un abismo profundo? - preguntó de nuevo.
- Sí - contesté, casi sin voz.
- ¿Te rodea una densa oscuridad... sientes frío... escuchas todo el tiempo que no lo lograrás, que jamás podrás salir de ahí... ves la vida y a la gente desde lo profundo de tu oquedad... sientes tu alma agonizar en cada suspiro y desearías desaparecer?
- Así es - dije con extrañeza - ¿Cómo sabes todo eso?
- Porque he estado ahí - me susurró al oído - Te has reducido a cenizas; lo cual no es tan malo, puesto que significa que pronto podrás renacer de entre el polvo. Y cuando eso suceda, nada ni nadie será capaz de detener tu vuelo.
- Pero ¿No es verdad, que a las cenizas se las lleva el viento y las dispersa hasta disolverlas por completo? - pregunté con temor.
- Es verdad... mas no debes olvidar que en el lugar en el que te encuentras ahora no sopla el viento, ni brilla el sol, ni crecen las flores. tus cenizas son lo único que existe, y están a salvo ahí.
- ¿Y si jamás puedo resurgir?
- Depende de tí... y sé que lo harás... tarde o temprano... lo harás.
Diciendo esto, emprendió el vuelo.

Y desperté de mi sueño, aún sin probar esas aguas tranquilas. Desperté en la oscuridad, entre sombras y murmullos, en el mismo lugar, pero esta vez con la certeza de que no debo temer ya; pues el frío y la oscuridad mantendrán seguras mis cenizas... hasta que, un día...

LOS ÚLTIMOS DÍAS / POR SANDILU

miércoles, 3 de abril de 2013

http://sentimiento-creativo.blogspot.mx/

LOS ÚLTIMOS DÍAS


**NOTA: No acostumbro incluir en mis textos temas teológicos; sin embargo, intento escribir cada idea o argumento que se me viene a la mente para no dejarla "divagando" y para ir atrayendo inspiración. Y con el motivo de la recién pasada semana santa, he aquí un relato muy ad hoc....**

Cansado de tanto andar, Jesús se sentó a contemplar el paisaje desde lo alto de una colina. Su Padre, al ver su tribulación, decidió bajar a darle consuelo. De pie, detrás de su Hijo, colocó suavemente la mano en Su hombro y le dijo:
- Hijo, sé de tus preocupaciones; pues como humano, es normal que sientas temor y desesperanza. Mira otra vez a la Tierra y te mostraré el futuro de la humanidad.

Hizo un movimiento con el brazo, y Jesús contempló horrorizado un planeta lleno de hombres y mujeres fríos de corazón y carentes de alma. Se percató de las matanzas, las injusticias, las guerras, la corrupción; y no pudo más que cerrar Sus ojos y voltear hacia otro lado. Colmado de impotencia, de angustia y enojo, se dirigió a su Padre.
- ¿He de sacrificarme de la manera más cruel por estas criaturas egoístas y malvadas? ¿Qué sentido tiene salvarlos si van a terminar matándose y odiándose unos a otros?....
Su Padre lo miró con serenidad, le sonrió y contestó:
- Vuelve a mirar, Hijo mío; pero esta vez, intenta ver un poco más allá... presta atención...
Dudoso, Jesús dirigió nuevamente Su mirada a la Tierra; pero esta vez, lo que sus ojos contemplaron fue algo muy diferente: madres y padres velando el sueño de hijos enfermos; médicos y enfermeras salvando cientos de vidas cada día; niños y jóvenes sacrificando horas de sueño para ser más capaces y menos ignorantes; hombres y mujeres pasando por encima del cansancio y la enfermedad para ayudar a quienes todo lo perdieron en algún desastre, personas luchando por los derechos propios y ajenos... 
Sin poder apartar la mirada de tantas muestras de amor, de apego y fortaleza, una lágrima rodó por su mejilla, mientras tomaba la mano de Su Padre, que aún tenía en su hombro.
- Ya lo ves... Tu sacrificio será por esta otra Tierra que te acabo de mostrar. Cierto es que existen personas mezquinas, pero por cada uno de ellos hay miles que darían la vida por su prójimo. Se trata de una dualidad: No puede existir el bien sin el mal, como no sobreviviría el día sin la noche. ¿Entiendes ahora el por qué de tu sacrificio?
Jesús se sintió invadido por una paz absoluta; y en los ojos de su Padre encontró el consuelo que tanto anhelaba. 
- Haré aquello para lo que he venido a este mundo; y cuando esté sumido en la más completa oscuridad y en el más profundo dolor, vendrán a mi mente las imágenes que me has mostrado. Porque mientras haya un solo hombre, una sola mujer que aún tenga fe y esperanza, habrá valido la pena.
Su Padre sonrió, a manera de despedida.
- Recuerda, mi querido Hijo, que lo más importante para el ser humano es tener fe.... la fe y la confianza en sí mismo es más importante aún que aferrarse a nosotros; porque después de la fe, viene el trabajo y el sacrificio; y luego de éstos la más grande recompensa.
Así, después de un abrazo fraterno, el Padre dejó a su Hijo continuar su fatigoso camino para cumplir su destino entre los hombres. Pero esta vez, como lo dijo Jesús, habrá valido la pena.

HISTORIAS DE UNA BANCA / POR SANDILU

viernes, 29 de noviembre de 2013


HISTORIAS DE UNA BANCA


El anciano observó curioso la tenue y cálida luz de aquel hombre sentado a su lado. 
- ¿Qué es eso? - preguntó, al fin.
- Un alma... Mi alma - contestó el desconocido.
- Yo solía tener una de ésas - dijo el anciano con gesto indiferente.
- ¿ Y qué pasó? - preguntó interesado su interlocutor - ¿Ya no la tiene?
- No - contestó el viejo, con el rostro atiborrado de hastío. - Uno cree que sin una de esas cosas no se puede subsistir; y al final, terminan convirtiéndose en un gran problema. 
Se acomodó en la banca y continuó en un tono más bajo.
- Tanto cuidarla, para que al final no sirva para nada.
El hombre, intrigado y asombrado, quiso saber más.
- No lo creo, sabe, me parece que todos deberíamos tener una; y procurar que siempre esté en muy buen estado.
El anciano se volvió a mirarlo.
- ¿Ah sí?.... Mencióneme un solo caso para el cual necesitarla.
- Bueno... - titubeó - Para amar.... para comprender a los demás... para sentir compasión, no sé... tiene muchos usos....
- Mire, amigo - contestó el anciano, en tono condescendiente - Por más fuertes y resistentes que uno crea que son esas cosas... en realidad son bastante frágiles. Y se pasa uno la vida alimentándola de buenos sentimientos, de ese amor y compasión que menciona, solo para que se maltrate cada día más. La remiendas,  se te rompe, la intentas reparar, pero con cada embestida se van perdiendo algunos fragmentos que no vuelves a recuperar. Entonces tratas de armarla de nuevo, sustituyendo las piezas faltantes con algo que se le asemeje pero... no es lo mismo. Al final, terminas con un trozo de lo que un día fue un alma... un trozo carcomido y muy maltratado. Nada qué hacer. Mejor desecharla y quedarse así... vacío.
El hombre quedó un momento pensativo, en silencio. 
- ¿Cómo se vive sin un alma? - preguntó.
- Se sobrevive - susurró el viejo .
- No me parece que sea muy ventajoso - dijo el hombre, titubeante - Cierto es que a veces parece que es más lo que nos estorba que lo que nos ayuda; pero el alma siempre es necesaria para vivir y así poder apreciar las cosas valiosas... 
- ¿Apreciar? - interrumpió el anciano - Hace mucho tiempo que ya no sé lo que es eso. Desde que renuncié a mi alma dejé de sentir la brisa acariciándome la cara, por ejemplo. Pero creo que son sacrificios necesarios en pro de un bien mayor.
El hombre, incrédulo, miró fijamente al anciano y exclamó.
- ¡¿Qué bien puede hacer el tan sólo sentarse a ver pasar la vida sin disfrutar de ella?!... ¿Qué tiene de bueno el dejar de sentir amor... hasta por sí mismo?.. 
El anciano sonrió. 
- ¿Preguntas, jovencito ingenuo, qué tiene de bueno? Dime, ¿Cuántas veces has sentido que das todo hasta el cansancio, en vano?... ¿Cuántas veces has amado sin ser correspondido?... ¿Cuántas veces has sentido arder tus entrañas por el rencor o el dolor?... ¿Cuánto tiempo has pasado sumergido en la desesperación, en la tristeza, en el arrepentimiento y hasta en el olvido?
El hombre sacó un pañuelo y se limpió el sudor de la frente.
- Bueno, sí... muchas veces... demasiadas, quizá... pero...
- Pero ¿Qué?... - lo interrumpió - Todo ese dolor, todos esos intentos de reconstruirte a ti mismo, todo ese enojo, esa impotencia... ¿Para qué? ¿A cambio de qué?... ¿De uno que otro momento de paz? ¿De una felicidad que te llega postergada y a cuentagotas?... Sufres, lloras, te humillas, enfureces, te cansas, casi te matas para alcanzar algo que jamás llega.... o que quizás llegue pero puedes estar seguro de que nunca se queda. Y siendo honestos, es mucho peor cuando llega lo que tanto ansías y enseguida se va.
Ambos quedaron en silencio. El ambiente se tornó frío y en calma. El anciano se levantó trabajosamente, apoyándose en su bastón. 
- Escucha mis palabras, mi joven amigo, el alma es sólo para los débiles temerosos de aceptar la realidad tal cual es. Estarás mucho mejor sin una de esas cosas del infierno. 
Fueron sus últimas palabras antes de alejarse. El hombre se quedó sentado en aquella banca, pensando que quizás el viejo tenía razón. Estaba cansado y harto del trabajo que le costaba mantener su alma cálida y luminosa. Y por un momento, pensó que ya no quería tener que ocuparse de ella. 
"Es cierto", pensó. "Es demasiado trabajo para nada". Recargó su espalda y cerró un momento los ojos echando hacia atrás la cabeza. 
Una voz interrumpió su momento de descanso.
- Disculpe abuelo, ¿Está ocupado este lado de la banca o me puedo sentar junto a usted?
El hombre se sobresaltó. 
"¿Abuelo?" pensó "¿Acaba de llamarme 'abuelo'?"... Sorprendido miró sus manos, y las llevó lentamente a su rostro; con lo cual constató el precio que tuvo que pagar para deshacerse de su alma. El ahora anciano se volvió hacia el joven de gesto amable y amplia sonrisa que esperaba su respuesta.
- Adelante, siéntese - le dijo, aún desconcertado.
El joven tomó asiento junto a él y éste no pudo evitar notar la luz que irradiaba desde su interior.
- Esa.. ¿Es su alma? - preguntó, dudoso.
- Así es - Contestó el muchacho con orgullo.
- Y.. ¿Para qué necesita un alma? - preguntó el viejo, con gesto irónico, recordando su conversación anterior. - No me diga que "para amar", "para apreciar las cosas bellas de la vida" o "para sentir compasión"...
- Pero ¡Qué pregunta! - contestó entre risas - ¡Por supuesto que se puede utilizar para todas esas tonterías! Pero no es el propósito principal de un alma. No es para lo que realmente sirve.
El anciano dudó.
- Bueno, y si no es para eso, ¿Para qué es entonces?
- Para mantenerse y sentirse joven, obviamente. El amor, la compasión y todas esas trivialidades que menciona, vienen por añadidura. 
El joven se levantó alisándose la ropa. Se inclinó hacia el viejo y mirándolo a los ojos le dijo, sin borrar la sonrisa de su rostro y guiñando un ojo.
- Sería terrible no tener alma, ¿No cree?
El viejo se quedó sentado, mirando a aquel joven alejarse, tarareando una pegajosa melodía. Y a pesar haber perdido su alma, experimentó en su interior algo muy parecido a la añoranza; sentimiento que le acompañó hasta que exhaló el último aliento, que no tardó mucho en llegar... éste sí... para quedarse.

MAS VIVA QUE NUNCA / POR SANDILU

http://www.youtube.com/user/S4nDiLu/videos

Más viva que nunca - Día de Muertos 2013
http://realistas-sa.blogspot.mx/
 
Este año la Muerte teme quedarse sin trabajo...
Como en años anteriores, hoy nuevamente presto mi voz a La Muerte en este audiovisual; el cual dedico con mucho cariño y respeto a todos aquellos que, en mi corazón, siempre serán inmortales. ¡Celebremos el Día de Muertos viviendo intensamente!  :)

LA RUEDA DE LA FORTUNA


miércoles, 13 de diciembre de 2006

http://realistas-sa.blogspot.mx/2006/12/la-rueda-de-la-fortuna.html

LA RUEDA DE LA FORTUNA

 
Un buen amigo me enseñó la lección más importante de mi vida. Él me dijo una vez: “La vida es como una rueda de la fortuna. Algunas veces estamos arriba y otras, abajo. Los momentos que pasamos abajo nos sirven para disfrutar aún más los momentos que estamos arriba”.
El tiempo ha pasado y aún ahora, estas palabras siguen haciendo eco en mi cabeza. La vida no es fácil; ser, amar, confiar, no es ni remotamente parecido a lo que comúnmente imaginamos cuando somos niños.
Entonces era fácil crearse un mundo lleno de cosas bellas y emocionantes, en el cual nos reservábamos el derecho de admisión. Cuando se es pequeño, lo mismo da ser hoy un superhéroe, mañana un millonario, y después...ya se verá. Para eso siempre hay tiempo, las tareas y la escuela se sobrellevan con un poco de paciencia, a pesar de las protestas y el reto enorme de levantarse temprano todos los días.
Desafortunadamente, con el tiempo llega la edad, y con ella, el dolor, la confusión, y alguna que otra alegría; sin embargo, con el correr de los años aprendemos a sobrevivir, de alguna manera lidiando con toda una gama de sentimientos encontrados. Y las alegrías, que por lo general son pocas, se viven más intensamente cuando tenemos ya bastante tiempo esperando nuestro turno para subir a lo alto de esta loca, pero necesaria rueda de la fortuna, comúnmente llamada “vida”.
Decía mi amigo: “Si todo en la vida fuera felicidad, dime, ¿qué disfrutaríamos?...¡NADA!”

lunes, enero 27, 2014

HALLOWEEN... ¡LA MANGA (DEL MUERTO) QUÉ! / POR JAIME SAID

02 noviembre 2010

Halloween... ¡la manga (del muerto) que!



Y andábanos comiendo rábanos en un mercado… ¡no cierto! Andaba yo en un mercado harto famoso del DF comprando mis firulitos para la ofrenda, cuando de pronto, un niño se acerco a mí (el niño número chingomil de la noche) para pedirme calaverita. Dispuesto estaba yo a batearlo como al resto de los mocosos que ya me había colmado la paciencia, cuando me fije que este niño era especial y muy diferente a los demás.

Era un niño, ni muy muy, ni tan tan, digamos, un niño de la clase media baja tirando a jodida, como el resto de los mexicanos. Pero lo que llamó ni atención, no fue eso, obvio. Lo que llamó mi atención, es que en lugar de traer en su mano la clásica calabaza de halloween de plástico naranja, traía una caja de zapatos a la cual le había hecho con un cuchillo, ojos, nariz y boca.

Inmediatamente (o sea en chinga), vino a mí un “flashback”. Me acordé de que eso mismo hacía yo todos los días de muerto. ¡Nada de calabazas de plástico! Ni siquiera conocíamos el termino “halloween”.

Cuando los días de muertos se aproximaban, comenzábamos yo y el resto de los escuincles de la cuadra, a buscar frenéticamente alguna caja de zapatos en desuso que alguien nos quisiera regalar. Cuando voluntariamente no había un donante, teníamos que acudir a la manchadez de robarle una caja de zapatos a nuestras mamás. El siguiente paso era hacerles un con un cuchillo, un par de triángulos a manera de ojos, uno más para simular la nariz y, por último, los feroces dientotes. El toque final consistía en fijar una vela dentro de la caja, para que al encenderla por la noche, diera harto meyo. Arriba le hacíamos una ranura para que los amables y gentiles benefactores se mocharan con una moneda. Generalmente nunca dejábamos que depositaran ahí las monedas, porque caían directamente sobre la vela y la apagaban. De esta manera, nos preparabamos con nuestra caja de zapatos para ir a pedir “calaverita”… ¡nada de halloween!

Había lugares estratégicos para realizar esta bonita tarea de poner cara de ternurita y pedir calavera. Estos lugares eran en mi caso, una panadería que estaba muy cerca de mi casa. La clave consistía, en acosar a las personas que salían de la panadería con el cambio en la mano, antes de que lo guardaran. La verdad, como aquellos tiempos uno de chavito podía ser muy vago y no corría peligro alguno andando en las calles, la mayoría de las personas nos conocían, así que con gusto aportaban su lanita. Además eran otros tiempos, la economía era más boyante que ahora, así que era más fácil que las personas se desprendieran de unos pesos para la causa.

Hoy es diferente. Los mocosos piden “halloween” con sus calabazas de plástico. Se disfrazan de madre y media (me refiero a monja y media). Y a diferencia de antes, los papás tienen que andar con sus hijos en calidad de guardaespaldas, cuidando la integridad de sus chilpayates. Antes te daban un “tostón” o un pesote para que compraras lo que se te antojara, ahora en cambio, te dan una trinche paleta “Tutsi”, o un “Pelonete” si bien te va.

En fin, el caso es que al ver a ese niño con su caja de cartón pidiendo calaverita, no pude más que aplaudir tan bonito gesto para conmigo, gesto que como ya es costumbre en mí, genero uno de mis famosos "ataques de nostalgia".

El justo premio para ese crío, fue un billete de cien pesos que causo casi el amotinamiento del resto de los niños que presenciaron ese acto de justicia. Para el resto de los niños, solo tuve la bonita atención de aconsejarles que, para la próxima, hicieran su calavera con una cajita de zapatas de mamá… ¡con la pena!


Los tiempos pasados no fueron mejores… ¡pero sí más chidos!
   

PLAZA UNIVERSIDAD... LA PLAZA DE MIS RECUERDOS POR JAIME SAID

03 noviembre 2011

Plaza Universidad... la plaza de mis recuedos

Como me resultó prácticamente imposible conseguir imágenes para ilustrar este nostálgico mamotreto, voy a pedir su bonita comprensión para que en complicidad con su memoria o imaginación, ustedes mismo ilustren con imágenes salidas de su recuerdo, este espacio dedicado a la remembranza. O sea pues, que no encontré ninguna trinche foto, así que ahí se lo imaginan… ¿va?

Mi más antiguo recuerdo de Plaza Universidad se remonta a mi infancia más lejana, quizás cuando yo tenía entre cuatro y siete años, prácticamente un escuincle nalgas miadas en potencia. Por cierto, en este momento abro un paréntesis para explicarle al respetable, porque a veces se me olvida que la gente que lee esta mugre no necesariamente vive en el la Ciudad de México, que Plaza Universidad es un centro comercial (Mall) ubicado en esta hermosa ciudad de la nube gris. Ahora si, como les decía, por aquellos años cuasi jurasicos, mi padre, el biológico, solía llevarnos a dar la vuelta a este singular lugar. No estoy seguro si este Centro Comercial fue el primero de México, quizás el segundo después de Plaza Satélite, pero de que fue uno de los tres primeros, eso lo podría apostar (según una fuente Plaza Universidad se inauguró en 1969 y Plaza Satélite en 1971, así que posiblemente fue la primera plaza comercial en México).

El principal atractivo de Plaza Universidad, era sin duda Sears, la tienda departamental con una imagen gabacha que atraía a todo huehuenche malinchista cansado de comprar en los “cajones” del país, tipo: “El Puerto de Veracruz” o “Astor”. Las personas que han tenido la oportunidad de viajar a la hermana Republica de la Hamburguesa (USA), sabrán que allá Sears no es más que una tienda de medio pelo, en donde básicamente se venden herramientas y electrodomésticos… nada “nice” que digamos. Sin embargo, aquí era vista, como hasta la fecha, como una tienda departamental para pirrurris wannabe de clase media alta tirando a gacha. El Sears de Plaza Universidad quizás fue la segunda tienda de la cadena en México, la primera seguramente fue la que se encuentra sobre la avenida de los Insurgentes.

Mi padre que siempre fue fanático de armar y desarmar sus coches (primero un Falcon y luego algunos Mustang), acudía frecuentemente a comprar sus herramientas al Sears de Plaza Universidad. Por cierto, una de las primeras tarjetas de crédito que él tuvo fue de esta tienda, así que si de endrogarse se trataba, pues ahí había que estar. La tarjeta de crédito que hasta hace poco tenía y que por azares del destino (y de mi estúpida memoria) perdí, recuerdo que era metálica y no como las que existen ahora de plástico.

Mientras mi padre compraba en Sears sus “fierros”, mi madre cargaba a sus dos chilpayates, yo uno de ellos, y se paseaba por entre los pasillos de la plaza comercial. Yo recuerdo perfectamente que había una fuente pequeñita afuera de una tienda (me imagino que era Sanbonrs) en forma de un niño orinando, tipo el “Manneken Pis” de Bruselas, que a mí me encantaba y me causaba mucha gracia. Otra fuente que recuerdo perfectamente, era una hecha a base de ollas de barro sobre piedras de río de las que salían chorros de agua. Esta otra fuente de ollas tampoco recuerdo bien en donde estaba, pero posiblemente era por la entrada en donde ahora se encuentra Deportes Martí. Como verán, desde aquellos tiempo ya se dejaba ver mi afición por las fuentes, o sea, ya tiraba pa’ joto desde entonces. Bueno no, la verdad es que un par de niños de 5 y 6 años solo se divertían con este tipo de cosas.

El tiempo pasó. Me fui a vivir a la maravillosa ciudad de Chihuahua un año. Cuando regresé, tenía ya nueve añotes, todo un pre pre pre puberto. Mi Sacrosanta dejó a su marido por allá, pero nada tonta, le dio baje con la tarjeta de crédito de Sears. Esta situación hizo que constantemente visitáramos Plaza Universidad, ya fuera para comprar algo en Sears o bien, para tomar chocolate y pagar lo que se debía (como dice el cha cha cha).

Ya con 11 años, mis visitas a Plaza Universidad cada vez eran más disfrutadles. Recuerdo que dejábamos en coche en el estacionamiento subterráneo y entrábamos por el sótano de Sears. Lo primero que veía al entrar, eran las motos con las que siempre soñé y que nunca tuve (quien me manda haber sido jodido), eran una Carabela, una Minimoto y una Ponymoto. Recuerdo el precio perfectamente, 4,999 pesostes (de los de antes), mismos que obviamente jamás tuve. Enseguida, y luego de pasar a lado de las trinches motos que tanto se me antojaban, me topaba con un montón de herramientas de todo tipo y llantas para automóviles; el olor era muy particular, aun lo recuerdo perfectamente, era olor a hombre, a feromona con testosterona pura. Claro que a los 11 años aquellos fierros me resultaban harto aburridos, así que mientras mi madre acudía al departamento de Crédito y Cobranza a caerse con su mensualidad, yo me iba o bien a los juguetes, o a donde vendían peses y mascotas. Siempre que estaba en el departamento de juguetes, no perdía la oportunidad de intentar convencer a mi Sacrosanta para que me comprara algún firulito, ya fuera un “Madelman” con su traje de esquimal y esquís, o bien, por lo menos, un trinche cochecito Hot Weels para incrementar mi nada despreciable colección de estos miniautos. Del departamento de mascotas algunas veces logré salir con un pescadito Guppy cola de velo, mismo que a los pocos días me veía obligado a darle cristiana sepultura en el WC. Lo más chido fue cuando me compraron, ahí en Sears, mis famosísimos Sea Monkeys, los cuales por cierto, jamás llegaron a crecer… creo que a mí no se me daban las mascotas. Tiempo después en el sótano de Sears se puso la juguetería con una impresionante pista Scalextric donde me la pasaba jugando horas y horas (mentira, solo me alcanzaba el dinero para un ratito).


El famoso Madelman esquimal que algún día me compraron
en la juguetería del Sears de Plaza Universidad.

En Plaza Universidad también me compraron mis Sea Monkeys. 

Pero no todo era Sears en Plaza Universidad, ¡también nos llevaban al cine! El Dorado 70 estaba por donde se encuentra ahora la tienda Julio. Era un cine grande y cómodo en el cual yo era sumamente feliz, pues me la pasaba todo el tiempo corriendo por los pasillos, tomando vuelo, para tratar de alcanzar la pantalla, o sea, jode que jode al pobre respetable. A veces íbamos a unos cinitos pedorros que se llamaban Multicinemas Plaza Universidad. Estas eran unas salas tipo chorrizos, bastante incomodas, con una visibilidad muy piñata y una pantalla pequeñita en la que a veces se veía la sombra de las personas que se paraban al final de la sala.

El tiempo siguió pasando y los mejores tiempos llegaron. He de confesarles que yo jamás me fui de pinta a Plaza Universidad, a diferencia de miles de escuincles de secundaria que sí lo hicieron. A mí la verdad me daba mucha hueva eso de irme de pinta, yo siempre pensé: si ya vine a la secundaria pues ya entro (yo iba en el turno de la tarde), y sino, pues mejor me quedaba en mi cantón a tirarla a gusto. Así que mis mejores recuerdos de Plaza Universidad son de cuando yo ya tenía más de 16 años, cuando iba en la prepa y ya contaba con una “nalguita” a quien pasear.


¡Pude conseguir algunas fotos! Aquí se ven los pasillos de Plaza
Universidad con sus tradiciones banquitas ochenteras.

Algunas tiendas del Plaza Universidad de los 80's. 


Eran los ochentas y yo ya tenía mi bizcochito a la cual tenía que pasear. Lo mejor y más cómodo para mí, era sin duda, Plaza Universidad. Se encontraba cerca de mi casa y contaba con lo necesario para pasar toda una tarde echando coto con mi puberta novia (coto: sinónimo ochentero de “echar desmadre”). Podíamos comenzar la tarde viendo una película tipo “The Karate Kid” en el Dorado 70 o en alguna de las salitas apestosas de los Multicinemas. Luego, si había antojo y la tripa así lo demandaba, quizás una dona con café en “Las Mil y Una Donas”, que se encontraba a un costado del cine Dorado 70 y que contaba con unas cómodas mesitas afuera del cine. Ahora bien, si la damita en cuestión, como era en mi caso, era de apetito más cañón, nada mejor que retacarle una papa al horno del Hellens. A estas papas se les podía adicionar, por el mismo costo, lo que uno quisiera de la barra, ya fuera: queso fundido, tocino, champiñones, pepinillos, chiles o todo junto. Así que una simple papa al horno quedaba convertida en una mole poliforme y multicolor rica en calorías. En el Hellens, que se encontraba a un lado de los Multicinemas, también se podía degustar una buena banderilla, una hamburguesa o bien un delicioso banana split. Pasar un cumpleaños ahí era de pelados, pero había quienes lo hacían porque les encantaba el relajo que los meseros hacían al cantar las mañanitas.


Mesitas ubicadas en el exterior del Cine Dorado 70 de
Plaza Universidad.

Típica dulcería de los cines de los años 80's. Asi era la del
Dorado 70.

Interior de la sala del Dorado 70, obra del arquitecto Juan
Sordo Madaleno.


Otro atractivo de Plaza Universidad de aquellos años, eran sin lugar a dudas, las Chispas. Las Chispas, que según yo originalmente estaban en la Glorieta del Metro Insurgentes, era un local en el cual había chingomil maquinitas prestas para el más diestro de los vaguitos del lugar. En Plaza Universidad había dos locales, uno muy cerca del cine Dorado 70 y otro, el mejor, en las afueras de la plaza. Ahí se la rifaban los cientos de miles de vaguitos que se iban de pinta todo el tiempo a este lugar. El rey de los juegos, sin lugar a dudas, era el Pac Man, aunque también se encontraban otros clásicos como: Donkey Kong, Street Fighter, Space Invaders (mi favorito), Karate Champ, Out Run (coches), Galaxian, War of the Bugs, etc. Antes de ponerte a jugar en alguna de estas maravillas, había que acudir a la caja a cambiar el poco varo que traías por fichas propias del lugar, mismas que te permitían activar las maquinitas.

Por su puesto que también habían muchas tiendas donde comprar ropa ochentena, desgraciadamente mi mermado cerebro no me permite recordar el nombre de una a la cual yo asistía frecuentemente a comprar mis ridículos trapitos estilo los que usaba Rene Casados en XE-TU (creo que se llamaba “Moderato”, no estoy seguro), pero recuerdo que había una OP (Ocean Pacific) y una Levi’s (frente al Hellens).


La marquesina de los Multicinemas Plaza Universidad. Por las películas que se
estaban exhibiendo la foto debe de ser de 1989 aproximadamente. 

Esta foto debe de ser de por ahí de los años 70's. Llama la atención que no
había nada de tráfico ni de gente en los alrededores de la plaza. 


Lo mejor de aquellos tiempos era regresar de la mano de mi novia al estacionamiento subterráneo de Plaza Universidad, a donde paciente me esperaba mi siempre fiel VW con sus cristales bien polarizados. El colofón a todas aquellas tardes-noches en Plaza Universidad, sin lugar a dudas, se daba en la privacidad de mi VW mientras mi novia y yo nos encargábamos de empañar lo más posible los cristales de mi romántico vochito. Ah! good times.


Los tiempos pasados no fueron mejores… ¡pero sí más chidos!

FLASHBACK: EL CONCORDE EN MÉXICO / JAIME SAID

03 abril 2012

FLASHBACK: El Concorde en México




Hoy me acordé del enorme escándalo que hacía el Concorde cuando surcaba los cielos de nuestra chilanga ciudad. Yo en ese entonces estudiaba en el turno vespertino y recuerdo muy bien que, en cuanto lo escuchábamos, todos los escuincles corríamos en friega a los pasillos que estaban afuera de los salones de clase para verlo surcar los cielos. Creo que era por ahí de las cuatro de la tarde cuando llegaba al aeropuerto Benito Juárez. El Concorde no llegaba todos los días a la Ciudad de México, únicamente hacía dos vuelos a la semana.

En alguna ocasión me tocó verlo estacionado en uno de los hangares del aeropuerto de la Ciudad de México mientras el avión en donde yo iba tomaba pista para despegar. Me llamó mucho la atención que en realidad no era tan grande, eso sí, era muy delgado y con un tren de aterrizaje muy alto, ¡parecía un zancudo!

Ceremonia de Bienvenida del Concorde en la Ciudad de México.

El Concorde despegando de la Ciudad de México con unos aviones
de Mexicana en el fondo. 
 

Por aquellos años existían dos compañías que tenían aviones Concorde dentro de su flota, una era British Airways y la otra Air France. La que volaba a México era Air France. El vuelo era de Paris a México con escala en Washington, aunque luego de un tiempo la escala cambió a la ciudad de New York. El Concorde voló a México del 20 de septiembre de 1978 al lunes 2 de noviembre de 1982 en que hizo su último vuelo. Recuerdo que el Concorde a modo de despedida, luego de despegar, hizo un arco por los cielos tenochcas para que todos sus fans le pudiéramos decir adiós por última vez.


Los tiempos pasados no fueron mejores… ¡pero sí más chidos! 

LA MUSICA EN LA TV / JAIME SAID

https://soundcloud.com/jaime-said

10 septiembre 2013

Test de Música en la T.V... ¿cuánto sabes?


Y como a muchos les gustó el bonito ejercicio de memoria pasado en el que recordamos películas a través de su música, hoy vuelve este mismo experimento solo que ahora con música de televisión. Se trata de ver qué tan “plastas de sofá” son. Este test está científicamente diseñado para adultos contemporáneos en avanzado estado de putrefacción como yo, así que si usted amigo mío es un puberto o está recién egresado de la edad de la punzada, seguramente tendrá que pedir ayuda al primer cebollín o ciruelita que encuentre por allí para que le eche la mano en este experimento.

Como en el caso anterior, se trata de identificar a través de la música el nombre de 50 programas de televisión. Los programas comprenden varios géneros: caricaturas, telenovelas, series, etc., mexicanas y extrajeras, y de varias épocas, desde los años 60’s hasta la fecha.

Bueno pues aquí está el audio, suerte y espero que les traiga bonitos recuerdos, igual que me los trajo a mí cuando estaba preparando este post.






Si usted todavía no pudo identificar los 50 títulos, no se preocupe, siga de plasta de sofá y muy pronto podrá aprobar este “test”. Ahora bien, si le interesa conocer la respuesta a este test, usted nada más me dice y le mando la lista a su mail pa’ que no se me vaya a traumar.

 
Saludos y gracias por participar.

Los tiempos pasados no fueron mejores… ¡pero sí más chidos!