miércoles, diciembre 24, 2014

Carlos Rivera - Si Te Vas REFLEXIÓN PERSONAL






SI TE VAS

CARLOS RIVERA

Sabes, ya sé que te vas,
esa idea o locura hace tiempo
que tienes en plan
...


Blanca bandera de paz y aunque a veces
ingenua tu alma decide
alzar.

Que nadie te diga que no,
ni siquiera este tonto,
que a veces le falta valor...

Si te vas, ah ah ah ah mira adelante,
solo adelante, no mires atrás!
si te vas, ah ah ah ah no tengas miedo,
sigue tu vuelo de libertad
... de libertad!

Milagros ya habrá que esperar,
mas tus Santos son tantos
que sabes que no fallaran.

Nunca pierdas la Fe...
porque aquello por lo que has luchado
lo vas a tener.

Que nadie te diga que no... NO!
ni siquiera este tonto,
que a veces le falta valor.

Si te vas, ah ah ah ah mira adelante,
solo adelante, no mires atrás!
si te vas, ah ah ah ah no tengas miedo,
sigue tu vuelo de libertad... de libertad!
de libertad ah ah.

Hay muchas clases de amor y las canciones no siempre hablan del amor de pareja, o por lo menos muchas veces para nosotros toman diferentes sentidos.

Para mí esta canción me habla del amor entre una madre y un hijo, que se encuentran inmersos en una lucha: de un hijo por alcanzar su libertad, de una madre por tratar de sobrevivir al momento en que su hijo está tratando de cortar el cordón umbilical que hasta el momento los ha mantenido unidos. 

Cuando pareciera que la comunicación entre ellos ha quedado rota y en el silencio entre ellos sólo se escucha como un corazón se va rompiendo poco a poco y sin anestesia.

Es muy difícil aceptar cuando de ser “el centro del universo de nuestros hijos”, pasamos a ser un “planeta secundario”, lejano, sin estrellas, sin brillo, que pareciera que ya no tenemos más que ofrecerles, que el cofre de los tesoros más maravillosos se lo está brindando otra persona y a nosotras apenas si nos echan una miradita…una mirada en donde podemos ver una próxima despedida, una puerta que se cierra detrás de ellos y nosotros nos quedamos en esa habitación vacía, llena de fantasmas de niños riendo, de unos bracitos que sólo querían abrazarnos y llenarnos de besos y que ya se fueron.

Duele comprender y aceptar que es lo justo, que en algún momento de la vida, nosotros hicimos lo mismo.

El “Dejarás a tu padre y a tu madre”, toma otra dimensión y otro significado, y no me gusta NADA, y me rebelo, pero no creo que me sirva para nada.

El “flojita y cooperando” parece cobrar fuerza en mi mente, pero esas charlas mente-corazón son largas y por ahora no han dado frutos.
Cuando por primera vez nos enfrentamos a la palabra "Madre" o "Padre", sin referirnos a nuestros padres, sino a nosotros mismos, es como si realmente no estuviéramos seguros de lo que realmente significa. Para una mujer empieza como una simple sospecha, que después de transcurrido un tiempo se ve reflejado en una hoja impersonal, sellada con algún logo de un laboratorio y una palabra "POSITIVO" que significa que a partir de ese momento nuestra vida está destinada a cambiar, y todo se vuelve un remolino de emociones y creo que a pesar de que para la mayoría es una noticia feliz, también es algo que nos llena de temores, principalmente porque no sabemos si seremos capaces de llevar a cabo ese "Trabajo" con éxito. Pero este acontecimiento no se detiene a ver si estás preparado, si hay dinero, cuna, ropa, etc listo para hacerle frente, si eres lo suficiente maduro o no, si eres inexperto... simplemente, si así lo decides, sucede. Desde el momento en que tu alma dice "Sí" al compromiso, tú ya eres otra persona, tus prioridades cambian, tus sentimientos cambian, tus miedos son otros. Y pasan los años y cada etapa de crecimiento de tu hijo te da satisfacciones y alegrías. De alguna manera y quizá sin querer queriendo el centro de tu mundo es esa persona que depende totalmente de ti y que con solo una mirada te hace sentir que no necesitas nada más. Pero el tiempo es el enemigo más implacable que hay y llega una etapa en la que pareciera que todo está mal, que la comunicación empieza a encontrar topes y calles cerradas, que esas miradas que te decían que tú eres todo su mundo empiezan a escasear y se convierten en miradas retadoras, a veces hasta llegas a pensar que ya no hay amor, pero la realidad es que es la lucha que tiene un alma que se siente cautiva y que quiere liberarse de esa jaula donde a pesar de que está a salvo no se siente feliz ni realizado. Y ese estira y afloja no es más que el intento de romper esa liga que lo sujeta y que por más que nos aferremos a ella terminará rompiéndose, porque así está destinado a ser y tú no puedes cambiarlo, por más que llores, por más que grites y te desesperes porque estás quedando relegado a un segundo o tercer plano, no hay forma de ganar, esta guerra está ganada de antemano por los hijos porque cuando tu fuiste hijo la luchaste también a brazo partido y te liberaste contra viento y marea, pero al final, el amor sobrevive y seguimos siendo importantes, de otra forma, en otra escala, para siempre, aunque en este proceso sintamos que el dolor acabará con nosotros porque no entendemos lo que sucede, porque estamos en medio del torbellino y se nos hace muy fácil olvidar cuando nosotros fuimos jóvenes y empezamos a ser independientes. 

martes, diciembre 09, 2014

RECORDANDO A SU PADRE "CHESPIRITO" ROBERTO GÓMEZ BOLAÑOS / POR ROBERTO GÓMEZ FERNÁNDEZ



Roberto Gómez
 
 

“Quiero que me recuerden como un hombre bueno”, decía mi padre. Y la verdad es que veo difícil que lo recordemos así, que lo recordemos SOLO así. hace ya una semana que se fue, y apenas recobro el animo para escribir. Llevo 7 días consternado, abrumado, sorprendido…todo eso aderezado con tristeza, sin duda, pero a la vez con el orgullo de sentir otra vez, más cerca que nunca, el cariño de tanta gente hacia él. Y es que para mí no se fue un hombre bueno, solamente…. se fue un hombre inteligente, un comprometido, un hombre de trabajo, un hombre recto, justo, extraordinariamente sensible…. y muchas adjetivos más que se podrían revolver en una bolsita de papel estraza y saldría una palabree: GENIO.

 Cuando me preguntan que de qué me sentía más orgulloso de mi padre, siempre he contestado que, al menos el evento que más recuerdo, es un festival del día del padre a mis 10 años en el Colegio La Paz; mi padre metió un gol de “palomita” en frente de todos mis amigos. Un golazo! Uff! Siempre lo recuerdo. Para entonces ya ere El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado. Pero el personaje de goleador superó cualquier hazaña. Desde siempre he vivido admirando a mi padre, no solo por su chamba en los medios, si no también por su chamba en la vida. Su preocupación por nosotros, sus hijos, iba más en torno a formar personas de bien. Desde muy chico, por metiche, y seguramente por ser el único hombre de la familia, me dejó asomarme en su mundo creativo para ya nunca salir de él. Tengo clara todavía la imagen de llegar al canal 8 tomado de su mano y enseñándome un “pueblito del oeste” de una Telenovela, Hermanos Coraje. Desde ahí me enamoré del mundo fantástico de contar historias para la pantalla. Ya pasaron más de 40 años de aquel día y todavía escucho la voz de mi padre, presentándome a los demás. “Mira, ¡Es mijo!” Siempre se encargó de que me quedara claro que a él le daba mucho gusto presentarme.

 Y son esos detalles los que recuerdo con más gusto, todavía me emocionan. La forma de poner atención a una conversación, el interés de hacerte sentir bien, la sencillez con la que trataba a mi gente. A toda la gente.
A mi padre le debo la mayoría de lo que soy. Le debo el haberme acercado al futbol. Me lo presentó, me lo enseñó, y lo compartimos hasta hace apenas unos días.
Intentó que yo fuera chiva, con uniforme y todo, pero ver jugar a Borja y a Reynoso, en el América, me hizo entrar en razón. Lo mismo sucedió con él pocos años después. (Sí. Era Chiva antes de ser Águila!)
Desde muy niño me enseñó el poder de una cámara de televisión y, junto con Enrique Segoviano, me dieron mis primeras lecciones de dirección de TV.
Y al mismo tiempo me enseñaba el valor de ser honrado, de ser justo, de ser trabajador, de ser agradecido, de ser amable, de prepararse, de leer, de tratar de ser feliz…y las mejores lecciones las daba de la manera más efectiva: Con el ejemplo.
Aquellos pasillos de canal 8 son ahora Televisa, la que se convirtió, literal en su 2a casa. Ahora, en una de sus “calles” se lee un letrero que dice “Calle Roberto Gómez Bolaños, CHESPIRITO” Es sin duda el elemento emblemático de el respeto y cariño que le tiene la empresa a mi padre.
En estos días los hermanos tuvimos que hacer a un lado la tristeza y darle lugar a otras emociones. Por la “obligación” gustosa de despedir a mi padre con el pueblo de Mexico (y más allá) tuvimos la oportunidad de sentir muy de cerca la trascendencia el respeto y, sobre todo, el cariño de la gente hacia él. Como su gol de palomita en mi primaria, se me quedará grabado ese trayecto de Televisa San Angel al Estadio Azteca. Nos hizo a varios dedicarle unas lagrimas de emoción. La gente en la calle, aplaudiéndole, llorándole…fue la manifestación de cariño más grande que yo haya vivido. Un enorme privilegio.
Cada día hay algo que me recuerda que ser hijo de Roberto Gómez Bolaños ha sido un privilegio. un Honor. Una indescriptible satisfacción.
Pero esa conciencia no la he tenido desde el principio. Yo no medía la dimensión de lo que era mi papá. Él nunca promovió a un hombre famoso dentro de casa. Chespirito y sus personajes se quedaban en los estudios de TV. De hecho prácticamente nunca hubo un famoso como invitado en casa. Tal vez un par de veces parte del elenco de su programa ……y ya. Y a él solo lo veíamos trabajar escribiendo. Metido en su despacho, con su vieja maquina de escribir, o con su lápiz (lo que le causó una ampolla que se quedó con él hasta el final) siempre escribiendo. Y es que eso era lo que lo definía. Desde que él mismo se descubrió un talento al escribir, fue su actividad más enriquecedora, su pasión. Se convirtió en actor, director y todo lo demás por consecuencia de su trabajo como guionista. Y convirtió a sus personajes y a su obra en lo que son gracias al toque del genio, con un profundo conocimiento de la condición humana, interviniendo en todo el proceso.
Confieso que a mí sí me gusta verlo no solo como padre, si no como sus personajes, también.
Como al escritor. Como al Chavo del 8, su personaje más querido, y el que más trabajo le costaba hacer. Como el Chapulín Colorado (mi favorito) el que le abrió las puertas en el extranjero, en donde se reflejaba como torpe, débil…y muchos defectos más. Un hombre que, a pesar de tener miedo, enfrentaba el peligro. Un verdadero héroe. Como El Chómpiras, el personaje que más le gustaba hacer, tal vez porque le habría gustado tener mucho de la conchudés del Chómpiras. Cómo Chaparrón Bonaparte, que era el ejemplo perfecto de hacer ver lo sofisticado en algo simple. Como el Dr. Chapatín, su primer personaje importante. Cómo el Chanfle, un personaje en donde se plasmo a sí mismo en muchos sentidos.

En estos días he recibido cientos de mensajes, por todos los medios posibles, de amigos y familiares. Y más de mil mensajes de gente que quiere decirnos algo de mi padre. Ha sido un maratón indescriptible de puras cosas buenas. Es por eso que he dejado la tristeza un poco de lado.
Ahora toca otro paso. Más íntimo.
Gracias a todos que le han mostrado su admiración y su cariño.
Gracias, Robby y Tamara por su amor.
Gracias a la vida por estas hermanas.
Gracias, Krystell por estar juntos.
Gracias, pa por ser el mejor maestro
por ser un ejemplo, mi guía más importante.
Gracias por decirme Campeón
Gracias por ser más papá que Chespirito
Gracias a la vida por la fascinante aventura de tener a un padre así.
Pa, te vamos a recordar toda la vida. Ten la seguridad que te vamos a recordar como lo que fuiste; UN HOMBRE BUENO.
Ma, espero que hayas recibido a mi papá con un cafecito.