EL SILENCIO Y LA LOCURA

Todo empieza por el prácticamente irrefrenable deseo
de no ver más esta pagina blanca
tan vacía, tan inútil, tan sola y callada.
Y como antes tomaba la pluma ahora golpeo furiosa y/o cariñosa el teclado de la computadora.

Hay una razón que no voy a decir,
pero también por eso escribo esta mañana.
Es muy temprano y el canto de los pájaros arrulla el vaivén de mis ojos.
¿Qué habrá que decir hoy?
Toda la noche hubo visitas detrás de mis parpados.
Pero luego se fueron y había en la casa de mi cabeza un desorden terrible,
¿Quién lo desordeno todo?

Los recuerdos de la noche me dicen que había un hombre,
yo creo que de buena apariencia,
pero su cara estaba desenfocada.
Estoy segura, y lo digo porque lo estoy, que era mi pareja.
En este momento siento que las cosas están muy complicadas
Porque lo ví, pero no lo vi.
Y no puedo ponerme algo que cubra mi aún tibio cuerpo,
para salir a buscarlo.
Es cierto que todavía hay una atmósfera de ternura rondándome,
pero la verdad estoy desesperada y desesperanzada,
qué rabia tener que volver a entrar a la cama
y perder un día mas en este cuarto oscuro por si vienes