No es nada fácil alcanzar los sueños de un deportista, no importa qué deporte practique, los máximos anhelos de la mayoría son los de ganar una medalla olímpica.
Pero, qué pasa cuando esto se logra, el País entero se enorgullece como si cada uno de "nosotros", se hubiera colgado la medalla al cuello, y las lágrimas resbalan por nuestras mejillas cuando escuchamos nuestro "Himno nacional", si ese (que cuando íbamos a la escuela nos obligaban a aprendernos de memoria y que teníamos que cantar a la fuerza en las ceremonias de los lunes).
Los deportistas que alcanzan "sus sueños", se convierten en héroes, pero son héroes pasajeros que prueban la gloria, suben al cielo y cuando están en lo más alto, nosotros "los ingratos", los dejamos caer sin compasión alguna, y "Ellos", acostumbrados a que la gente los alabe y los voltée a ver en cada lado que se presentan conocen una "soledad" y una "tristeza", que no es de extrañar que algunos se oculten tras el alcohol y las drogas que les ayude a olvidar la ingratitud, sin embargo, muchos se reivindican y logran poner un nuevo camino a su vida, ayudando a los demás y llevando con "Orgullo" sus recuerdos a su espalda, con la cabeza alta y con "El mejor ejemplo" para los jóvenes que apenas empiezan.
"Joaquín Capilla" es sólo un ejemplo que quedará grabado en nuestra historia para que "nuestros jóvenes" tengan una flecha en el camino que seguir.
"Sí se puede", "Siempre se pudo", "Los triunfos están ahí, para quien quiera tomarlos en sus manos, con el sudor de su frente.
Con todo respeto para el maestro "Joaquín Capilla", in memorian.
Con todo respeto para el maestro "Joaquín Capilla", in memorian.
Lucía.
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