20-Mar-2010 a las 11:50:09 AMEl 'apestoso' fue destapado por La Sombra, pero la gente le demostró que es un elemento élite en el CMLL al ovacionarlo durante varios minutosSALVADOR RODRÍGUEZ
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FOTO: RICARDO FLORESNo hubo sorpresa en la Arena México, pero sí instantes de grandeza que enmarcaron el homenaje a don Salvador Lutteroth y Ray Mendoza. Fue Felino quien tuvo que despojarse de su máscara, pero a este gladiador con más de 25 años de experiencia nada lo podía entristecer.Jorge Luis Casas, de 45 años, descubrió su identidad gracias a La Sombra, pero se ganó, como pocos, una ovación de esas que son inolvidables. Fue el hijo de Pepe Casas quien resultó el perdedor, pero también fue el que más propuso de los cuatro gladiadores, incluyendo a Místico y Volador Jr. que habían salvado su tapa al rendir previamente a La Sombra y al luchador más rápido del Consejo Mundial de Lucha Libre, respectivamente.Esa ovación, por parte de las 10 mil personas que se dieron cita en la México Catedral, fue lo mejor del homenaje, pues ni el Príncipe Rudo ni el Rey del Aire jugaron el papel de protagonistas que les ordenaban los cánones.Felino tuvo la oportunidad de salvar su máscara minutos antes del duelo ante La Sombra, quien aún en el vestidor denotaba la incredulidad por su logro. Sin embargo, Místico, en su afán de llevarse la gloria, no permitió, en una y otra vez, que el 'apestoso' rindiera al enmascarado técnico que estaba ya en desventaja tras la eliminación del luchador lagunero.Fue con una 'casita', creación del padre del Felino, con el que éste terminó su carrera como luchador enmascarado, mas se dijo contento porque había gozado una liberación que había imaginado desde que se enmascaró hace 21 años. "Creo que perdiendo salí ganando", dijo Felino al bajar del cuadrilátero aún con la adrenalina por los cielos tras el cariño demostrado por su gente. "Le tengo mucho cariño a esta máscara que La Sombra me ha ganado, pero me sentía como un robot cuando me la ponía. Veía a la gente como con binoculares, pero ahora, ya sin ella, me siento libre, por eso no estoy llorando".La afición coreó por minutos el nombre de Felino, como esperando el momento en el que Jorge Luis diera la sorpresa, pero ese momento nunca llegó y sí la ovación para quien comprobó una vez más ser un gladiador de élite en las filas del CMLL.
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FOTO: RICARDO FLORESNo hubo sorpresa en la Arena México, pero sí instantes de grandeza que enmarcaron el homenaje a don Salvador Lutteroth y Ray Mendoza. Fue Felino quien tuvo que despojarse de su máscara, pero a este gladiador con más de 25 años de experiencia nada lo podía entristecer.Jorge Luis Casas, de 45 años, descubrió su identidad gracias a La Sombra, pero se ganó, como pocos, una ovación de esas que son inolvidables. Fue el hijo de Pepe Casas quien resultó el perdedor, pero también fue el que más propuso de los cuatro gladiadores, incluyendo a Místico y Volador Jr. que habían salvado su tapa al rendir previamente a La Sombra y al luchador más rápido del Consejo Mundial de Lucha Libre, respectivamente.Esa ovación, por parte de las 10 mil personas que se dieron cita en la México Catedral, fue lo mejor del homenaje, pues ni el Príncipe Rudo ni el Rey del Aire jugaron el papel de protagonistas que les ordenaban los cánones.Felino tuvo la oportunidad de salvar su máscara minutos antes del duelo ante La Sombra, quien aún en el vestidor denotaba la incredulidad por su logro. Sin embargo, Místico, en su afán de llevarse la gloria, no permitió, en una y otra vez, que el 'apestoso' rindiera al enmascarado técnico que estaba ya en desventaja tras la eliminación del luchador lagunero.Fue con una 'casita', creación del padre del Felino, con el que éste terminó su carrera como luchador enmascarado, mas se dijo contento porque había gozado una liberación que había imaginado desde que se enmascaró hace 21 años. "Creo que perdiendo salí ganando", dijo Felino al bajar del cuadrilátero aún con la adrenalina por los cielos tras el cariño demostrado por su gente. "Le tengo mucho cariño a esta máscara que La Sombra me ha ganado, pero me sentía como un robot cuando me la ponía. Veía a la gente como con binoculares, pero ahora, ya sin ella, me siento libre, por eso no estoy llorando".La afición coreó por minutos el nombre de Felino, como esperando el momento en el que Jorge Luis diera la sorpresa, pero ese momento nunca llegó y sí la ovación para quien comprobó una vez más ser un gladiador de élite en las filas del CMLL.
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