viernes, junio 01, 2007

DEL LIBRO AL FIN LIBRE...


CAPITULO TRES DEL LIBRO : "AL FIN LIBRE", DE J.J. BENITEZ


LOS "CAMAREROS"


“¡ESTOY VIVO!... ¡Y destinado a la altura!


Fue curioso. La “voz” esperó. Aguardó a que este torpe ser humano se convenciera. Después se presentaría ante mí, día tras día, solícita ante mis dudas y reclamaciones. Y mi diario —como un milagro— se vio col­mado con unas “conversaciones” que, francamente, no sé cómo calificar. ¿Pura imaginación? ¿Realidad? Por supuesto, dada mi proverbial tozudez, exigí nuevas pruebas, más “señales”. Y se cumplieron. Una tras otra. Pero ésa es otra historia...


En el fondo, poco importa. Si esas “charlas” con mi padre sólo han sido fruto de mi subconsciente..., ¡bendito subconsciente! ¡Bendita esperanza! Que cada cual juzgue y decida...


“¡ESTOY VIVO!”


Mi primera “conversación” —más que atropellada y confusa— giró justamente en torno a esa desconcertante frase. Yo lo había visto muerto. Yo había velado su cadáver. Yo había asistido a su entierro. Sin embargo, la “voz”, imperativa, repitió una y otra vez:
—¡Estoy vivo!... ¡Sigo vivo!
—Pero la muerte...
—Sí, querido hijo, llegó. Fue como tú dices. Como un beso en la frente.
—Un momento, papá, vayamos por partes. ¿Sabías que era el final?
—Al principio, no... Después, sí. ¿Recuerdas? Os lo dije...
—Pero ¿cómo? ¿Cómo pudiste saberlo? Nadie te insinuó...


—Fue al final. Aquella gente alrededor de mi cama... Se presentaron en la noche. Vestían de blanco. No los conocía. Me miraban y hablaban entre ellos... También os lo dije, ¿recuerdas?
—Sí, hablaste de alguien... De algunos hombres vestidos como camareros...
—Ésa fue la señal. Entonces lo supe. Había llegado el momento.
—¿Tuviste miedo?
—No demasiado. Ocurrió algo extraño. Aquellas personas —los “camareros”—, aunque no me hablaron, tocaron mi frente y me sentí en paz. Fue una increíble y desconocida sensación. El dolor desapareció y también la angustia. Me sentí feliz. Pleno. Inundado por una extraña paz. Tú, quizá, no lo recuerdes, pero esa madrugada te hablé e intenté decírtelo.

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