sábado, diciembre 07, 2013

"EL CAPITÁN", UNA HISTORIA VERDADERA DE NAVIDAD.


"EL CAPITÁN", UNA HISTORIA VERDADERA DE NAVIDAD.


 
 
Diciembre, mes de la locura total, luces, villancicos y... billetes circulando de un lado a otro sin control.
 
Esta historia no empieza en época navideña...
 
Un día "X" de un año cualquiera, un cliente de mi papá tocó a la puerta, venía a hablar de negocios, estaba comprando un terreno y  no tenía efectivo para realizar el abono correspondiente, entre sus brazos traía un pequeño guajolote que miraba tímidamente a su alrededor, temblaba de miedo, seguramente porque lo acababan de separar de su madre, lo habían arrancado de su pueblo y lo habían traído a una enorme ciudad llena de ruidos extraños, luces, claxonasos y demás, un mundo terrorífico para ser enfrentado por un pequeño Guajolote.
 
Aquél desconocido se fue, y a partir de ese momento el pequeño Guajolote pasó a ser parte de la familia, lo bautizamos como: "El Capitán", no creo que haya existido algún motivo en especial, pero si fue así, ya no lo recuerdo.
 
El Capitán era un Guajolote muy tranquilo, no daba ningún problema, rondaba por el jardín silenciosamente buscando bichos como golosinas entre comida y comida.
 
En ese tiempo yo iba a la preparatoria vespertina, entre 8 y 9pm regresaba a la casa, mucho antes de abrir la puerta El Capitán ya adivinaba mi llegada y me saludaba alegremente con su "Gordo gordo gordoooo!!!, cada noche era igual, esponjaba sus plumas y presumía su gran personalidad frente a mí, cada noche, a la misma hora.
 
Pero como toda historia, todo tiene su principio y su final...
 
Diciembre llegó y nadie se imagino ni siquiera sospechamos el trágico final que tendría "El Capitán", mi mamá sí... oh, sí, ella lo sabía muy bien, pero no se lo contó a nadie, nunca lo menciono, siempre lo mantuvo en secreto en lo más profundo de su mente... lo planeo con mucho cuidado... sí, seguramente cada noche antes de aquél día, lo repasaba en su mente...
 
Un día cualquiera, lo decidió, salió al patio, amarro de las patas al pobre Capitán indefenso... y zazcuach!!! le cortó el pescuezo... supongo que con un hacha o con un machete, no lo sé, ni quiero saberlo....
 
Sin embargo algo salió mal, mi mamá nunca pensó que un Guajolote tuviera sangre en sus venas, ni mucho menos que después de cortarle la cabeza seguiría aleteando enloquecidamente amarrado al pino, salpicando todo con su sangre... ¿Quién iba a decirlo?
 
La Noche de Navidad "El Capitán" lucía fantástico,todo bronceado, se veía completamente saludable... de.... era el alma de la fiesta, todos lo mirábamos en silencio, lo miramos y lo miramos y así pasaron los minutos y las horas, hasta que mi mamá rompió el silencio, tomo el platón adornado donde yacía nuestro pobre Capitán y lo regaló a los vecinos...
 
¡¡¡Ultimadamente, Nadie se come a la familia!!!...
 
posdata: No les comenté que también había dos patos que presenciaron la muerte del Capitán. No me pregunten porqué siempre que veían a mi mamá, salían corriendo despavoridos de ella.
 
mmm ahora que lo pienso un tiempo después... no los volví a ver, creo que decidieron cambiarse de País de residencia!!, seguro dieron una mordida para arreglar sus papeles y salir de México lo más pronto posible.
 
 
 
Lucía / Diciembre/2013

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