Leyendo el artículo de: "Todo tiempo pasado, ¿Fué mejor?", recordé mi infancia y gran parte de ella es como lo dice el artículo. Nos subiamos a la azotea de mi abuela por el tubo del desague y las ventanas. Trepábamos árboles, pinos, jacarandas y parecíamos gimnastas de rama en rama.
Buscábamos rastros de ´víboras bajo las piedras hasta encontrarlas, y llenábamos frascos de mayonesa o de lo que fuera con bichos de todos colores, esa era nuestra diversión.
Correr, jugar bote pateado, escondidillas, base ball, gallito, un dos tres calabaza... nunca estábamos encerrados en la casa con la computadora hablando con gente que no conocemos en el chat, oyendo música etc., antes todo se hacía al aire libre, ahora es tan diferente, y cuando les contamos a los jóvene y niños nuestras peripecias, nos miran con cara de : ¡¡¡ Que aburrido!!!!, pero qué equivocados estan, porque la vida de hoy es muy artificial, no saben apreciar la naturaleza, ni tampoco saben lo que es esa clase de amistad que se entabla con los juegos y la camaradería. Tal vez se dé de alguna forma pero antes la lealtad y la amistad estaban estrechamente entrelazadas, ahora es más de depender del dinero para ir al cine, a tomar un cafe, a impresionar a la chava o al chavo.
Este fin de semana que pasamos fuera del Distrito, pudimos ver que el cielo esta lleno de estrellas, cosa que a veces se nos olvida aquí, porque con tanta contaminación apenas si se pueden ver algunas y muy pequeñas. El canto del gallo a las 4 o 5 de la mañana es como un canto de libertad, y de : hey, estamos vivos un día mas. El cielo azul nos da esperanza y también alimenta nuestra necesidad de volver a la naturaleza, de tener tiempo de salir a algún lado para no asfixiarnos... para tomar fuerzas para la cotidianeidad de la vida citadina...
En la gente todavía podemos encontrar algunos rastros de amabilidad, de ese abrir las puertas a todo mundo y no tener miedo de que te vaya a pasar algo malo.
Como desperdiciamos la vida trabajando tanto, alargando las quincenas que de todos modos no nos alcanza para nada, cuando lo que verdaderamente necesitamos no nos cuesta nada...
La naturaleza, cerca o lejos, siempre nos ofrece mas de lo que nada nos podría dar : un respiro a la vida, una sensación de libertad y bienestar, una necesidad de tener un espacio y de descansar no solo el cuerpo sino la mente que esta enajenada con tanta modernidad: computadoras, celulares, todo lo que con el ruido nos contamina y encadena a una vida a la que le urge llegar a no se donde ni se para que, solo correr y correr y correr...
Detengámonos a respirar, a dejar que la mente nos hable susurrando y podamos escucharla sin que nada nos interrumpa esta charla interna. Necesitamos volver un poco a este pasado, para recuperar un poco de esa vida que si vale la pena vivir.
No la que llevamos a la carrera sin ver realmente quien esta a nuestro alrededor.
Si no queremos ver basura, y queremos volver a tener un cielo azul cristalino y calles seguras, y noches bohemias familiares... La decisión es de cada uno de nosotros, no esperemos que las autoridades y el gobierno hagan todo, cuando a ellos quizá lo que más les interesa son intereses económicos y personales... somos muchos y yo creo que en el fondo todos queremos lo mismo:
VIVIR EN PAZ Y CON TRANQUILIDAD, Y SOBRE TODO SER FELICES CON LA GENTE QUE AMAMOS.
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