miércoles, noviembre 07, 2007

¿DONDE ESTUVO EL MONO DE MIRADA DE ORO?






Dónde esta mi mono?



A veces y solo a veces, me convierto en un ser extraordinario, creo ser poseedor de la verdad absoluta, capaz de todo, incluso de cambiar el rumbo de un río. Pero como todos sabéis, este año, ha sido ese anual en que todo ser humano recuerda con creces, que es débil, miedica, neurótico y muchos otros adjetivos que no nos gustan emplear para describirnos. Pero sí, somo imperfecto y mortales.
Pero por motivos extraños de la vida, nacemos con la seguridad intrínseca de ser inmunes al terror, a la ansiedad, a la oscuridad del alma. Pero por motivos aun más extraños, la vida te enseña esa parte de ti que no quieres ver. La ocultas bajo llave debajo del flequillo. Guardando la parte más frágil de tu esencia, esa que adornamos con camisetas caras, cubatas, sonrisas falsas, coches caros, y monólogos interminables diciendo lo maravillosos que somos. En definitiva, nos creamos un super héroe que no existe. Y creo que a mí, a lo largo de algún moribundo mes del dos mil siete, se me voló el antifaz por alguna calle borriquera de mi ciudad. Absorto por tantas preguntas existenciales, y asfixiado por el olor a valeriana de mi habitación, un día volví a sentirme extraordinario, colgué de nuevo el saco de boxeo y golpee las mismas veces con las que una vez me desgarré el hombro luchando con el hombre de trapo y arena. Descargando así mi furia humanoide.
Soy un hombre con miedo y paranoias insolucionables. Y eso cuesta aceptarlo. ¿Pero por qué no intentar ser feliz a toda costa? ¿Sea como sea? Como sabéis, nunca suelo hablar de mí o de mi vida de una forma clara. Esta vez no será diferente. Pero este post, es la explicación de mi ausencia. Hace algún tiempo, se me ocurrió una idea mientras veía la televisión con la que fue mi chica. Y estos meses, gracias a la ayuda incondicional de mi hermano Árbol y el resto de mis amigos mitológicos. Seguí adelante con la idea. Al final lo conseguí, una productora apostó por el guión, puse un punto y aparte a mis crisis y paré la ascendencia de los niveles del estado caótico en el que me encontraba. Me proyecté como un rayo del sol azteca, fraccionando así, mis temores. Convirtiendo mi idea en algo con vida. Un cortometraje de siete minutos. Ahora después de todo, vuelvo a sentirme solo y extraño. Pero anoche me bañe en ron, es mi celebración por encontrar mi amor, mi respeto, incluso mi perdón ¿Quién dijo que no podía? Silencio para estos. El rey mono ha vuelto. Aceptando sus derrotas, más fuerte, más peludo, más dorado, más misterioso. Volviendo a las tablas. Volviendo a mis ramas.
Lucía: Usted perdonará que no tengo fotos de monos dorados como usted, pero a su salud...
un beso mono...

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