Acerca de la entrada sobre los meseros, debo decir que en casi todo tienen razón, sin embargo: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.
Generalmente no he tenido malas experiencias directamente con los meseros o meseras de los "pocos" restaurantes a los que he asistido, sin embargo, si tengo una anécdota sobre una mesera que me quiso ver la cara de: "What!!!!".
Resulta que una de esas noches de: natación- hambre- ¡¡¡¡¡Quiero comer!!!!!!, que decidimos mi hijo y yo ir a comer a un restaurante de esos de cadena que estan abiertos hasta tardecito, pedí una cena de tamalitos (2 verdes), con atolillo y ya.
Me trajeron mi cena, el plato se veía bien, un poco raro porque tenía muchísima salsa verte bañando los tamales y con pollo desmenuzado, cosa inusual porque ya antes había comido lo mismo y no lo habían servido así, total que para no hacer el cuento mas largo, empece a comer los tamales y parecía que iban a ser de pura masa, pero que llego al relleno... y eran tamales de mole, resecos completamente, yo creo que el cocinero no le hubiera dado esa comida ni a su perro, entonces note la mirada sospechosa de la mesera que curiosamente, me estaba checando, y yo creo que eso fue lo que me alentó a "quejarme", porque me dí cuenta que lo del "platillo", no fue cosa del cocinero, sino que era complicidad con la mesera, en vez de avisarme que ya no tenían lo que pedí, trataron de sacar hasta lo que ya no servía, total que por primera vez en mi existencia me queje fuertemente y me cambiaron "mi cena" por una de quesadillas de pollo, que la verdad ya se las pasé a mi hijo porque con "el tamalito", ya estaba segura de que me iba a enfermar de la barriga.
Ese día pasó a la historia como "El día que impresione a mi hijo", que dicho sea de paso siempre se queja de que nunca me quejo de nada, me dijo: "Esos tamales tuvieron que estar realmente malos para darte el valor de hablar", y en realidad no es sólo la calidad de la comida lo que nos debe fomentar a quejarnos, si no también la actitud de la gente que nos da un servicio, porque estoy de acuerdo en que los meseros y meseras son personas a las que debemos tratar con respeto, porque es un trabajo como cualquier otro que nosotros mismos, nuestros hijos, amigos, etc, pueden estar en ese lugar, pero igualmente las personas que pagamos ese servicio merecemos un trato respetuoso y comer lo que esperamos, no basura ni desperdicios.
Y he dicho para la posteridad...
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