viernes, mayo 09, 2008

FELICIDADES MAMA.




Oh, cuan lejos están aquellos días

en que cantando alegre y placentera,

jugando con mi negra cabellera,

en tu blando regazo me dormias!


¡Con que grato embeleso recojías

la balbuciente frase pasajera

que, por ser de mis labios la primera

con maternal orgullo repetias!


Hoy que de la vejez en el quebranto,

mi barba se desata en blanco armiño,

y contemplo la vida sin encanto,

al recordar tu celestial cariño,


de mis cansados ojos brota el llanto,

porque, pensando en tí,

me siento niño

VICENTE RIVAPALACIO

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