En silencio
me acerqué a tí
y con tan sólo una mirada
caí en picada
desde La Quebrada
hasta el profundo mar...
Tu sonrisa
fué como la espuma
de una ola
contra las rocas
al reventar.
Remolino de sal
que me abrazo,
agua tibia
que mi rostro coloreó.
Mirada...
Mirada azul profundo
a mitad del silencio
que al mar en calma agitó.
Una mirada,
una sola mirada
y descubrí en tus ojos
el mar de Acapulco
bajo las palmeras
de tus pestañas.
Lucia / Junio 2013
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