–Para mí, lo importante en la vida para alcanzar la felicidad sería encontrar
la comodidad de un buen hogar donde dormir, comer y jugar. Encontrar un gatito quien me acaricie, me cuide y me diga que me quiere y de vez en cuando, un suculento ratoncito que perseguir.
-Decía una de las gatitas corrientes:
-Para mí la felicidad, sería vivir en una casa infestada de sabrosos ratoncitos,
escucharlos correr tras las paredes. Vivir tranquilamente lamiendo mi pelaje sin temor a ser perseguida por un molesto perro. En fin, ¡que feliz sería si encontrara unos amos que me digan constantemente que me quieren y que fuera tema de conversación!, esa sería una muestra de que realmente se interesan por mi
-Comentaba entusiasmada la segunda gatita corriente.
-¡Eso no es alcanzar la felicidad!, -Las Interrumpió abruptamente la gata fina, quien era conocida por frívola, superficial y extremadamente material; y continuó:
-Alcanzar la felicidad…-Decía la gata fina: –…sería encontrar un gatito fino, de raza
y abolengo, que viviera en una buena casa, que se alimentara solo con lo mejor,
de bello pelaje y con bellos ojos. Y si a todo esto le añadimos que sea romántico y que me quiera ¡Eso si que sería encontrar la felicidad! ¿Se imaginan como me vería a su lado? Lo llevaría a todas partes para mostrarle a todas estas gatas corrientes de azotea lo feliz que soy. -Finalizó la gata fina.
-Es obvio lo que tú deseas ¿Pero te has dado cuenta lo que tienes tú para dar?
-Le preguntó una de las gatitas y agregó:
-¿Sabes lo que debes de hacer, ser, tener o conocer para que un gatito como ese
caiga rendido a tus pies? Lo único que puedo aconsejarte, es que el día que dejes
de ver con esos ojos, oír con esas orejas y sentir con esos sentidos, solo entonces
encontrarás la felicidad que andas buscando.
De nada te va a servir encontrar el gatito de tus sueños si no comprendes el significado de mis palabras.
-¡Eso me parece ridículo!
-Exclamó la gata fina:
–Existen cualidades en muchos gatitos que no se ven a simple vista
-Dijo la otra gatita corriente y continuó: –Lo importante no es buscar un gatito bonito, tierno y cariñoso que viva para darnos de todo. Lo importante es encontrar en nosotras mismas las cualidades escondidas que no se ven, descubrir lo que tenemos para dar a ése gatito que andábamos deseando encontrar.
-Pero la gata fina contestó:
-Son palabras vacías; pretextos de las gatas feas y gordas como ustedes dos,
¿qué puede ser mejor que tener al mejor gatito del callejón que nos ame y nos dé
de todo, y que mejor si está rendido a mis pies? – Finalizó la gata frívola y se retiró
con aires de soberbia.
-¿Pero cómo puede saber quién es un buen gatito, con solo verlo superficialmente?
-Preguntó una gata.
–Cuando deje de ver, sentir y escuchar con sus sentidos y observe con lo ojos del alma, sienta los impulsos de su corazón y escuche la voz de su conciencia, encontrará lo que realmente busca, -Finalizó la otra gatita.
Una tarde, la gata frívola se encontraba lamiendo su pelaje y limando
sus garras en una azotea, cuando se le acercó un gatito gordito y juguetón, quien por cierto tenía tiempo de estar enamorado de ella; pero nunca se lo había confesado ya que era un gatito tímido y sabía la actitud de ella hacía los gatitos no muy agraciados.
–Mira lo que te he traído-Le dijo el gatito
-Es un poco de pavo que he encontrado y quise traértelo, espero que te guste!–---- -¿Pero qué te has creído gato imbécil?-Contestó eufórica la gata ofendida y agregó: –Seguramente lo encontraste en la basura. ¿Pero cómo se te ocurre regalarme algo así? ¡Gato tonto!
-El gatito avergonzado por la actitud de la gata, tomó el trozo de pavo y comentó antes de retirarse con el corazón en pedazos:
-Perdona mi torpeza, no quería ofenderte, tan sólo deseaba demostrarte que me interesas y me preocupa tu bienestar, discúlpame si te he incomodado al demostrarte mi cariño
pero ella: –¿Qué has dicho? ¿Pero acaso crees tú, que una gatita como yo se fijaría en alguien como tú? Obsérvate en un espejo, eres gordo, sucio y feo, no tienes
donde vivir y comes desperdicios. Mejor búscate una gatita en otra azotea, alguna que esté a tu nivel y no me quites el tiempo.
-Una de las gatitas anteriores, quien había observado toda la escena, se sentía muy triste, ya que ella estaba enamorada de este gatito gordo y juguetón.
Desde la ventana brincó un gatito blanco, de ojo gris y bella apariencia, conocido en las azoteas como el “gatito bello”. Frecuentaba a una de las gatitas corrientes, solo que era conocido por sus amoríos y por ser rico, atractivo buen mozo pero celoso.
–¡Por supuesto que no!-Decía la gatita pretendida: -Vivir con un gatito así de frívolo y superficial, sería el camino correcto para no encontrar la felicidad
-Mientras la gatita frívola se moría de la envidia por no haber sido la elegida.
Una triste tarde, 2 niños jugaban en el callejón con pistolas de pintura. De pronto se les ocurrió: ¡Vamos a cazar gatitos!, al oír esto todos corrieron a excepción de la gata frívola, ella tan sólo murmuraba: –¿Correr yo?, ¡Pero si soy
- Entonces sus ojos se llenaron de pintura cuando el disparo de uno de los niños la alcanzó dejándola ciega.
Otros más le dieron en su pelaje y su aspecto fino cambió.
Cuando finalmente todo terminó, unos se alegraban y otros se reían, sin embargo algunos otros sintieron lástima.
Sólo un gato se compadeció de ella, y le dijo:
–No te preocupes yo voy a cuidar y velar por ti, en tus ojos me convertiré y sólo viviré para tí.
Estas fueron las palabras del gato gordo y juguetón que seguía enamorado de ella a pesar de ya no ser la gata más fina del callejón.
Al escuchar esto las otras gatitas del callejón, comentaron entre sí:
-Finalmente verá con los ojos del alma y sentirá los impulsos de su corazón.
HERRAMIENTA Y NO DEBE SER VISTA COMO UN FIN.
CON EL TIEMPO LOS OJOS PIERDEN
CON EL TIEMPO SE APRENDE A VER LO QUE OTROS NO VEN O ANTES NO VEÍAMOS.
COMO AQUEL AMOR QUE PASA DESAPERCIBIDO ANTE NOSOTROS POR NO VER LO
CON LOS OJOS DEL ALMA, SUFRIENDO LO QUE SE CONOCE COMO LA LEY DEL
TIEMPO Y DESTIEMPO:
CUANDO PUDE NO QUISE
CUANDO QUISE NO PUDE
CUANDO TRATE DE DAR…NO ME LO ACEPTARON
AHORA QUE NO TENGO…ME PIDEN
APOLO FLORES
ESCRITOR
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