Ya sé, estoy volviendo a perderme tan sólo en un sueño. Quizá la Soledad me juega una mala pasada. A veces siento que soy como un venado bajo la mirada fiera de un León hambriento y experimentado. Ya no quiero escapar y sin embargo no puedo detener esta carrera hacia ningún lado. Mis labios ya no quieren ser besados, pero suspiran . gritan y se razgan.
Tengo miedo, miedo de caer en tus palabras, enredarme en tus juegos y terminar en tus brazos, para luego ser abandonada como un barquito de papel en un río sin final.
Esto es un sueño, me abrazo a mi almohada empapada de sudor, tengo frío, pero no quiero abrir los ojos, no quiero ver de nuevo a los ojos a la soledad, prefiero seguir cayendo en precipicio sin fondo, golpeando contra nubes ardientes que me queman la esperanza.
Te siento en mis pensamientos, amoroso y tibio, con una sonrisa que me invita a entrar en tu vida, mi puerta no tiene seguro, sólo mi espalda la detiene, mis manos rasguñan el silencio que me asfixia, no estoy lista aún para recibirte, si entras antes de tiempo, estoy segura que los dos pereceremos.
pego mi oreja a la puerta, no sé si sigues ahí en silencio, trato de escuchar tu respiración, pero el sonido de mi corazón me impide escuchar nada.
me tienta el silencio a abrir la puerta, tan sólo un poco para mirar si te has dormido, si acaso mi indecisión te ha vencido.
Lucha, no desfallescas, es lo que necesito, saber que no te irás a la primera falla, Estoy cansada, mis ojos se me cierran, he pensado demasiado y llorado otro tanto, tengo que tomar una decisión pronto, antes de que para el amor sea demasiado tarde.
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