Cineforo con Escritores de la libertad
EL LEGADO DE ANNA FRANK
Hay muchas películas dedicadas a explorar la relación entre un profesor y sus alumnos, tantas que casi se ha convertido en un subgénero. Desde la almibarada Al maestro con cariño (1967), de James Clavell, que buscaba canalizar la rebeldía juvenil en el Londres de los sesenta para integrarla al conjunto social, hasta la celebrada La sociedad de los poetas muertos (1989), de Peter Weir. que buscaba, al contrario, estimular la misma rebeldía para enfrentarla al status quo. En este sentido, dos cosas diferencian a Escritores de la libertad de las otras obras similares. La primera es que su historia se fundamenta en una experiencia real ocurrida en Long Beach, Los Ángeles, en 1992. La segunda es que Erin Gruwell, una maestra de secundaria, logró definir un rumbo a sus violentos estudiantes a través de El diario de Anna Frank. Por eso esta película de Richard LaGravenese será el motivo central del cineforo que se realizará el próximo sábado 16 en el Transocho, a las 10 de la mañana, en el marco del II Festival Internacional de Cine Judío, con la organización del Centro Hebraica, la Asociación Cultural Humboldt, el Goethe-Institut, el Espacio Anna Frank y las asociaciones civiles Liderazgo y Visión, Queremos Elegir y Observatorio Venezolano de Prisiones.
Hay muchas películas dedicadas a explorar la relación entre un profesor y sus alumnos, tantas que casi se ha convertido en un subgénero. Desde la almibarada Al maestro con cariño (1967), de James Clavell, que buscaba canalizar la rebeldía juvenil en el Londres de los sesenta para integrarla al conjunto social, hasta la celebrada La sociedad de los poetas muertos (1989), de Peter Weir. que buscaba, al contrario, estimular la misma rebeldía para enfrentarla al status quo. En este sentido, dos cosas diferencian a Escritores de la libertad de las otras obras similares. La primera es que su historia se fundamenta en una experiencia real ocurrida en Long Beach, Los Ángeles, en 1992. La segunda es que Erin Gruwell, una maestra de secundaria, logró definir un rumbo a sus violentos estudiantes a través de El diario de Anna Frank. Por eso esta película de Richard LaGravenese será el motivo central del cineforo que se realizará el próximo sábado 16 en el Transocho, a las 10 de la mañana, en el marco del II Festival Internacional de Cine Judío, con la organización del Centro Hebraica, la Asociación Cultural Humboldt, el Goethe-Institut, el Espacio Anna Frank y las asociaciones civiles Liderazgo y Visión, Queremos Elegir y Observatorio Venezolano de Prisiones.
El 29 de abril de 1992 comenzaron los disturbios sociales y raciales más violentos hasta la fecha en la ciudad de Los Ángeles, cuando un juez absolvió a cuatro policías blancos que habían dado una brutal paliza a Rodney King, un muchacho negro que fue perseguido y golpeado sin misericordia. Fueron seis días de protestas y saqueos que dejaron una secuela de cadáveres y resentimientos. A raíz de esta revuelta, se proclamó el sistema de educación integrado, que obligaba a conformar clases con miembros de todos los grupos raciales: negros, latinos, asiáticos, blancos, etcétera. Pero esta solución burocrática no resolvía el problema esencial. La violencia y la guerra de pandillas conformaban y aún conforman la cotidianidad de Long Beach.
Tal es el marco en el cual actuó la maestra de literatura Erin Gruwell, la muy idealista hija de un luchador por los derechos civiles de los años sesenta que ha ido tirando la toalla en esa materia y sólo quiere que su hija tenga un buen empleo. La muchacha pide integrarse a la secundaria Woodrow Wilson para participar de la “educación integrada”. Como es de esperar, sus alumnos no quieren “integrarse” y prefieren labrar sus trincheras para defenderse de los otros grupos étnicos. Hasta aquí Escritores de la libertad no deja de ser un cuadro más de la violencia racial y social como hemos visto en otros filmes. Lo interesante surge cuando una profesora de literatura apela a un texto supuestamente lejano en el tiempo y el espacio —El diario de Anna Frank— para reconstruir la experiencia vital de esos adolescentes. La memoria pormenorizada del asedio y la brutalidad nazis se eleva como un referente en un contexto social e histórico distinto, que estimula la escritura de nuevos y heterogéneos diarios sobre la violencia, la discriminación y la desigualdad social.
A sus 49 años, Richard LaGravenese ha dirigido apenas cuatro largometrajes y un corto, pero ha desarrollado una extensa carrera como guionistas entre cuyo títulos se encuentran Los puentes de Madison (1995) de Clint Eastwood y El señor de los caballo (1998) de Robert Redford. Por ello pone especial énfasis en la construcción de la historia y la presentación y desarrollo de los personajes de una manera clásica, sin ejercicios estilísticos ni experimentales. Prioriza el núcleo dramático sobre la experimentación. Su dirección es sobria, ajustada a los personajes.
Tres ideas sostienen Escritores de la libertad como una especie de trípode dramático. La primera es, obviamente, la violencia en los sectores más pobres de la sociedad, con un fuerte componente racial. La segunda es la ineficiencia de un sistema educativo que no ha sido concebido para atender las necesidades del ciudadano sino para adaptar a esos mismos ciudadanos a las necesidades burocráticas. El tercero se conforma a partir del acto creador —en este caso la escritura— como forma de entender la vida social y personal.
La fuerza del film de LaGranovese reside en su capacidad para expresar una historia verdadera que necesita escapar de los estereotipos. Para ello contó con la magnífica actuación de Hillary Swank como Erin Gruwell, un personaje que puede ser contradictorio pero se revela coherente. La gran Imelda Staunton maneja como sabiduría el personaje de la coordinadora académica que prefiere que las cosas sigan como están. Del conjunto de adolescentes destaca April Lee Hernández como Eva, la chica mexicana que emprende la escritura de su diario. Escritores de la libertad provoca la discusión e invita a la reflexión.
ESCRITORES DE LA LIBERTAD (“Freedom writers”) , EEUU, 2007. Dirección: Richard LaGravenese. Guión: Richard LaGravenese, basado en el libro Los diarios de los escritores de la libertad. Foptografía: Jim Denault. Música: Mark Isham. Elenco: Hilary Swank, Patrick Dempsey, Scott Glenn, Imelda Staunton y April Lee Hernández, entre otros.
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