miércoles, agosto 11, 2021

PLAZA DE TOROS CALETILLA 2

https://desolysombra.com/2011/07/02/la-plaza-de-toros-de-caletilla-en-el-ultimo-tercio-de-su-vida/

La Plaza de Toros de Caletilla, en el ultimo tercio de su vida.



En 56 años la plaza de toros acompañó al puerto de Acapulco en su auge, esplendor… y también en su decadencia.

Por Luis Cuesta – De SOL y SOMBRA.

Sólo recuerdos del auge de la Plaza de Toros “Caletilla” son los que quedan, pero la realidad es que el recinto poco a poco ha ido permaneciendo en el olvido para el público local, nacional e internacional.

La historia de la Plaza de Toros “Caletilla” de Acapulco comenzó el 21 de mayo de 1955, fecha en que se inauguro el coso, teniendo en el cartel a Juan Silveti, Jorge “El Ranchero” Aguilar y Curro Ortega con toros de Pasteje, ganadería de la que entonces era dueño Carlos Arruza. Los cuatro dejaron en cemento sus huellas en recuerdo del acontecimiento.

La idea de la “Caletilla” fue de Don Rico Pani, que se jugó sus últimos 4 millones de pesos que le quedaban de su fortuna que recibió por su parte del hotel Reforma, para levantar el coso de Caleta. De esa manera la plaza fue construida con toda la grandeza que merecía el puerto de Acapulco y con mucha generosidad, hasta llegar al derroche por parte del señor Pani que no escatimo en ningún detalle.



La plaza para su tiempo era muy funcional e inmediatamente fue considerada una de la más bellas de la República Mexicana y Latinoamérica. En aquel tiempo asomaban las palmeras verdes sus copetes alrededor de la plaza cuando a la cita de la inauguración de la plaza se reunió a toda la prensa nacional, así como a la elite taurina, política y social del momento, todos con gastos pagados y avión incluido. El festejo fue trasmitido por radio a nivel nacional.

A lo largo de los años se ofrecieron infinidad de festejos en la “Caletilla” que durante dos años dio ininterrumpidamente corridas y novilladas todos los domingos del año. Record que todavía ostenta y que ninguna plaza de toros podría conseguir en estos tiempos. La plaza registraba siempre muy buenas entradas, gracias al gran boom que vivía Acapulco en aquellos tiempos. Las corridas y novilladas se celebraban todos los domingos a la cinco y media de la tarde.

Por su ruedo hicieron el paseíllo todas las figuras y diestros del momento, de los cuales destacan del periodo de 1955 a 1980 matadores como Alfonso Ramírez “El Calesero”, Manuel Benítez “El Cordobés”, Manolo Martínez, el acapulqueño Antonio Lomelín, Eloy Cavazos, Juan Silveti, Paco Camino, Carlos Arruza, Manuel Capetillo, David Silveti y Miguel Espinoza “Armillita Chico” tan solo por citar algunos. En los últimos años Pablo Hermoso de Mendoza se presento en la “Caletilla” logrando llevar un buen número de gente a los tendidos.



La de Acapulco era una afición muy nueva, para muestra hay que considerar que de 1955 a al 1980 solo habían habido dos matadores de toros locales: Antonio Sánchez “Porteño” de quien se recuerda poco y Antonio Lomelin que si llego a ser figura del toreo. José Luis Ramírez “El Acapulco” apenas se convirtió en el tercer matador acapulqueño en recibir la alternativa en el 2010.

El abandono



Actualmente la zona donde está ubicada la Plaza de Toros Caletilla ya no es visitada por los turistas como en otras épocas, esto debido al deterioro que ha sufrido la zona de Caleta, además de que el turismo nacional e internacional ha bajado dramáticamente en los últimos años en Acapulco. Pese a esta situación, la plaza sigue dando festejos menores ocasionalmente en el invierno.

Para el cuidador de la Plaza de Toros “Caletilla” Cristóbal Ochoa, que ha laborado en este coso taurino durante 40 años, el inmueble tuvo sus mejores momentos cuando Acapulco estaba en su mayor auge turístico, que fue durante la década de los 60s, 70 ,80s “Nuestro objetivo ha sido que la plaza siempre tenga un giro 100 por ciento taurino, aunque lamentablemente no se sabe si se pueda seguir adelante con el proyecto, pero lo que sí es cierto es que llevamos 56 años persiguiendo este sueño y como logro digo que en algunas temporadas se rebasaron nuestras expectativas”.
Placa al torero Local

Don Cristobal sostuvo que la afición taurina en los últimos años en Acapulco es casi nula; aclaró que desde esos últimos 15 años de baja asistencia, el inmueble se ha sostenido debido a la renta para eventos de distintas organizaciones públicas y privadas, así como deportivos: box, lucha libre, jaripeo, entre otros.

“La afición taurina en el puerto es mínima, anteriormente sostuvimos gran fama como un recinto tradicional, cultural y turístico de Acapulco”, platicó. Hoy todo está prácticamente perdido. Aunque admitió que han estado trabajando durante 15 años con pérdidas, la realidad es que la empresa no se ha preocupado en los últimos años por revivir la plaza y regresar a su afición. Los festejos taurinos no se promueven y la plaza sufre un deterioro importante en su estructura y zonas aledañas, donde antes lucían sus exuberantes palmeras.

La plaza actualmente es propiedad de Don Alberto Baillères, que además es propietario de dos ganaderías de toros bravos y de otras plazas de toros entre las que destacan Aguascalientes, Guadalajara, León, Monterrey por citar algunas. Que la empresa de la “Caletilla” opere con pérdidas, no es algo que nos parezca extraño, ya que siguen manteniendo el mismo esquema de marketing desde hace más de 30 años.

El Puerto de Acapulco actualmente es víctima de un grave problema de inseguridad debido al narcotráfico

Se siguen enfocando al turismo internacional, cuando lo cierto es que ese turismo ha desaparecido de Acapulco debido a la decadencia que sufre este destino turístico desde hace mas de una década, producto de la inseguridad y la corrupción que hay en todos los niveles del gobierno. Tal vez si se enfocarán en el mercado local de una ciudad de más de un millón de habitantes, orquestando promociones para atraer a la gente local y con una moderna e innovadora campaña publicitaria, con eso podría regresar la gente a la plaza.

Los festejos para ser atractivos se tienen que alternar con festejos mayores con toreros y rejoneadores conocidos y los festejos menores podría darse para complementar su temporada.

Cristóbal Ochoa ya pensando en su retiro después de colaborar por 40 años en el coso taurino, resignado me comentó acerca del futuro poco viable de la Plaza de Toros “Caletilla” y lamentó la idea de que el recinto se ocupe para otros eventos sin valor artístico.

Este año 2011 de las doce novilladas que se tenían planeadas, solo se celebraron dos, en las que apenas logran llevar unas 200 personas a un plaza con capacidad para 8,000 asistentes.

¿Estará la “Caletilla” en el último tercio de su vida?

Tristemente todo parece que si.

Twitter @Luis Cuesta_

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