martes, junio 26, 2012

La vida, en un segundo


Publicado 07:26 h. 22-03-2012
Sucesos como un temblor son, literalmente, sacudidas para hacernos conscientes del único instante que puede existir: el presente
Cuando algo de esa naturaleza ocurre, inmediatamente traemos nuestra atención a este instante, súbitamente estamos aquí y ahora, aunque nos dé miedo, pero sabemos que está temblando en el presente, no en el pasado ni en el futuro, sino ahora.
Y desde ese instante la vida pasa en un segundo en la mente valorando lo importante: nuestra vida y la de nuestros seres amados. Por un segundo, también nos percatamos de que lo material pasa a otro término; que si se acaba, no importa, mientras nuestra existencia quede salvaguardada y/o las de quienes amamos.
Por un momento vivimos el desapego como experiencia verdadera. Sentimos que el corazón se nos paraliza, pero por otro lado se nos agita pensando en que podría ser el último instante y, entonces, vemos con ojos más verdaderos, más allá de la ilusión.
Un evento así es una invitación a despertar a la vida con nuestra conciencia cada vez más presente, más entregada al disfrute de cada instante y a dar lo mejor de nosotros en todo momento; y también a ver la clara diferencia entre el miedo real hacia algo que está ocurriendo y que pone en riesgo nuestra vida y el miedo irreal en el que mentalmente creemos, vivimos y nos sentimos atrapados y paralizados.
Son llamados a vivir desde otro punto de partida saliendo del automatismo y entrando al amor, a la conciencia del saberse vivos y sin ser poseedores realmente de nada. A reírse más, a jugar más, a dejar nuestros apegos, sobre todo al sufrimiento, a los juicios y al drama.
A agradecer la vida que nos fue otorgada que sea como sea, es vida. Y reconocer cómo ésta nos apoya, nos sostiene y nos regala bondad y belleza, si lo queremos ver, pues también podremos darnos cuenta de la bondad y solidaridad de quienes nos rodean y que no esperábamos encontrar.
Estos eventos son regalos de conciencia, si es que estamos dispuestos a recibirlos. Como dice un aforismo de Byron Katie: “La realidad es siempre más bondadosa que la historia que contamos acerca de ella” y vernos tan vulnerados en segundo nos revela claramente cuánto del drama de nuestras vidas, y por lo que justificamos nuestras actitudes hostiles y de miedo, es realmente cierto.

Toño Esquinca

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