domingo, mayo 16, 2021

CRÓNICA DE ACAPULCO 2



Jose Antonio Baez Rivera

De la monografía de acapulco esta crónica muy positiva.
CRÓNICA HISTÓRICA.
De 1406 a 1502 después de ser sometido por la cultura Tolteca, Acapulco, se convirtió en parte del Imperio Azteca, Acapulco fue tomado por los Tarascos al igual que sucedió en Zacatula, en la región de la Costa Grande.
El 13 de Diciembre de 1521 enviado por Hernán Cortés arribó con su embarcación a la bahía de Acapulco, el español Francisco Chico el que se pronunció como descubridor por ser ese día dedicado a Santa Lucía le bautizó con dicho nombre a la hermosa bahía, aunque hay que constar que otros historiadores citan diversas fechas, de llegada de otros marinos.
El camino de herradura de la capital azteca a este puerto sirvió a Cortes para emplear a los indios a llevar carga para la construcción de embarcaciones que utilizaba en sus exploraciones lucrativas.
Por cierto, Cortés frecuentaba a Acapulco, pernoctando en la pequeña bahía que después llamó Puerto Marqués en su honor, por ser el Marqués del Valle de Oaxaca.
El 30 de Junio de 1532 zarpó en su embarcación de la bahía de Acapulco el marino Diego Hurtado de Mendoza. En ese mismo año por decreto de la corona española, Acapulco fue denominada "Ciudad de los Reyes".
En 1556 es la patrona de Acapulco Santa María de Guía que es la misma de La Soledad, según algunos religiosos, pero fue en 1742 cuando se le dio un retoque a la imagen y de hecho desde entonces adquiere el nombre definitivo de La Soledad, que permanece en el altar mayor de lo que hoy es La Catedral.
En 1570 el rey Felipe II decretó a la a ciudad de Acapulco, como el sitio comercial para realizar los negocios entre América y Asia, principalmente Las Filipinas.
En 1590 con los hábitos franciscanos zarpó del puerto de Acapulco Felipe de Jesús hacia Asia para su movimiento cristiano, pero encontró la oposición del emperador. Junto con otros religiosos fue torturado y crucificado el 5 de febrero de 1591 en Nagasaki. Años más tarde se le declaró como el único santo mexicano.
En 1646 se realizaron actos de piratería por los ingleses que asaltaron a embarcaciones con grandes tesoros, que según una leyenda, están enterrados en la Isla de la Roqueta.
En 1616 se construyó el primer Fuerte de San Diego, para proteger a la población, pero el terremoto de 1776 lo derribó, dándose a la tarea de levantar otro castillo en 1783 que es el definitivo, baluarte de la lucha insurgente del padre José María Morelos y Pavón, cárcel para los revolucionarios que se opusieron a la dictadura de Porfirio Díaz (y algo para ripley, este lugar durante el siglo XX fue plaza de toros ?hay fotos todavía en la super hamburguesa con toros al pie del fuerte -, sede de las reseñas mundiales de cine, escenario del estreno de El Pesebre con su autor Pablo Casals y sitio para diversas recepciones como la que se brindó a la Reina Isabel II, de Inglaterra y el príncipe consorte Felipe de Edimburgo, por el presidente Miguel de la Madrid).
El 1º de Noviembre de 1799 el rey Carlos IV, de España, declaró como Ciudad, a Acapulco. En el siglo XIX el barón Alejandro Von Humboldt, procedente de Guayaquil llegó al puerto y al asomarse desde la cubierta de su barco en la bocana y ver la belleza natural, exclamó que era el lugar más hermoso del mundo.
En Acapulco tuvieron lugar las grandes Ferias de la Nao de la China cada año, se desarrollaban del 10 de Enero al 25 de Febrero, donde se ofrecía lo más extravagante de la mercancía asiática.
Aquí llegó en una nao, La Mirra que se decía descendiente del Gran Mongol (sic), fue vendida al mejor postor y enviada a Puebla donde se le bautizó con el nombre de Catarina de San Juan, comunmente conocida hasta nuestros días como la China Poblana.
En 1831 tuvimos un hecho lamentable, el consumador de la Independencia y Ex presidente de la república, General Vicente Guerrero, fue traicionado por cincuenta mil pesos, por el italiano Francisco Picaluga en una hospedería que se encontraba frente al viejo Ayuntamiento, en la actual Plaza Sor Juana. Picaluga lo llevó con engaños al barco Colombo, dentro lo apresó, lo trasladó a las bahías de Huatulco y de ahí llevado afrente a un convento en Culiapan, donde fue fusilado.
La posada se encontraba a unos cuantos pasos del convento, del zócalo, del templo de La Soledad, sobre la vereda que iba a dar a los acantilados de La Quebrada, era la casa más grande, ahí se hospedaban los obispos. Ahí descanso unos días, Benito Juárez, cuando buscó la entrevista con el General Juan Alvarez, que dio paso al Plan de Ayutla y a la consolidación de la república, ahí vivió mucho tiempo Ignacio Comonfort al ocupar la administración de la aduana marítima, en fin, ahí llegaron todos los personajes desde principios del siglo pasado. Sillones, camas, cartas, documentos y otras reliquias, se conservaron mucho tiempo en esa casa, que se perdieron entre ellas algunas fotografías o pinturas sobre el Benemérito de las Américas, al no pensarse quizá lo que significaba el concepto de la historia nacional sino ahí fuera el museo de tantos próceres que se hospedaron en esa casa que tenía portones, jardines y caballerizas, donde también acostumbraban arribar los arrieros a vender sus mercancías para los comerciantes españoles y mexicanos. Otros llegaban en barcos, también buscaban refugio en esta posada. Ya hasta 1918, se formalizó el hotel "Altavista", que manejaban Luis González Veléz y su esposa Guadalupe Adame Salazar. Esta casa perteneció al doctor Roberto Posada y a las mamitas González, una de ellas esposa del facultativo y las mamitas, heredaron la casa a los hermanos Carlos, Virginia, Alberto, Agustín y a Luis González Veles.
En 1889 el arquitecto Enrique Lauller y el presidente municipal de Acapulco, Antonio Pintos Sierra elaboraron el plano de esta Ciudad y Puerto cuando eran cinco mil habitantes y pocos barrios como La Lima, Los Tepetates, Viejo Campo santo, Tambuco, La Guinea, que por cierto por decreto del Gobierno del Estado de Guerrero, fueron declarados como históricos, conservándose como están como un símbolo cultural y típico.
El 2 de mayo de 1895 nació en el barrio de La Playa, José Azueta, uno de los grandes héroes mexicanos, que el 21 de Abril de 1914 con el grado de teniente, en el puerto de Veracruz defendió la soberanía nacional ante el invasor norteamericano, cuando se le quiso proporcionar atención médica con un facultativo de ese país lo rechazó, él murió junto con el cadete veracruzano Virgilio Uribe.
Otro acapulqueño ilustre nacido en 1890 fue Juan R. Escudero, quien en su juventud al conocer las penurias de sus paisanos, a pesar de ser hijo de un comerciante rico español, luchó contra los propios empresarios españoles y mexicanos que explotaban a los obreros, los defendió en su periódico "regeneración", como fundador del partido obrero, alcalde y ciudadano, lo que motivó un complot, siendo atacado primero en el palacio municipal donde al dársele el tiro de gracia quedó paralítico, vivió y desde la silla de ruedas continuó la defensa de los marginados, pero el 21 de Diciembre de 1923 después de estar en las mazmorras del Fuerte de San Diego, fue fusilado junto con sus hermanos Francisco y Felipe que secundaban su lucha.
A las cero horas del nacimiento del siglo XX los nativos no pasaban de cinco mil, festejaron el advenimiento con cohetes, verbenas y otras muestras de alegría.
En 1903 vio la primera luz en Acapulco José Agustín Ramírez Altamirano, que desde la tierna edad tocando el órgano en el templo o tomando la guitarra compuso lo mejor como el Himno a la Madre, el Corrido del Agrarista, el vals María Elena que le regaló a Lorenzo Barcelata, Acapulqueña, Caleta, La San Marqueña, Ometepec, Linalore y otras. Un hombre que además de maestro, fue insigne borracho y pendenciero, dejando de vivir a la edad de 54 años por cirrosis hepática. A la postre, su hermana; la también maestra Conchita, fundó el Instituto México, en la avenida Niños Héroes y Tehuacan. Aún pueden encontrarse en este colegio, piezas escritas por él.
El 14 de Febrero de 1909 Acapulco vivió una de las mayores tragedias, cuando se incendió el Teatro Flores, construido de madera, sin seguridad, pues las puertas en lugar de abrir hacia fuera eran al revés y eso ocasionó que se convirtieran en cenizas cientos de residentes y costeños que vinieron a la inauguración de ese escenario donde hubo muchos que lo contaron como el niño Pepe Muñuzuri, que con el tiempo se convertiría en un periodista, lo salvó su padre, don Samuel, al arrojarlo hacia fuera.
El 30 de Julio también de 1909 un terremoto sacudió a Acapulco, llevando la muerte, la desesperación y la zozobra a los habitantes.
En 1920 el presidente Alvaro Obregón planeó el camino a Acapulco que lo terminó ocho años después el presidente Plutarco Elías Calles con lo que inició una nueva vida. Del turismo a este destino de playa, convirtiéndose las casas particulares en de huéspedes, con hamacas, catres y buen pescado o marisco, carnes y las frutas de la estación, no pasando de dos pesos diarios, cuarto y comida. Fue como se fundaron los hoteles "Acapulco", de don Federico Pintos (Bisabuelo del conocido actor Hector Mujica Pintos); "jardín", de doña Balbina Alarcón de Villalvazo y "Miramar", de don Adolfo Argudín, donde llegaban los Presidentes de la República, estadistas, banqueros, estrellas de cine y otras personalidades.
El 9 de octubre de 1920 ancló en la bahía el buque real inglés "Renov" trayendo a bordo al príncipe Eduardo que no recibió honores oficiales por estar rotas las relaciones entre la Gran Bretaña y México, pero de todos modos la amabilidad y anfiotrionía de los nativos permitieron que el soberano recorriera hasta Pie de la Cuesta. Es el mismo que abdicó ala corona, pasando el trono a su hermano Jorge, por preferir el amor de la plebeya Wally Simpson. Al morir el Rey subió al trono Isabel II.
El llamado príncipe azul se encontró aquí al almirante Bretón que fuera héroe de la primera guerra mundial y a quien los nativos le apedreaban como un loco, o pordiosero. Que gran sorpresa se llevaron todos cuando pasó revista a la tropa real y, este misterioso hombre que se dedicaba a la evangelización, desapareció, tal como había llegado.
En 1920 accidentalmente una pareja estadounidense que se dirigía a Panamá aterrizó sobre la llanura de Pie de la Cuesta, un pájaro de acero jamás visto, por lo que acudieron a darles la bienvenida. Fue, hasta 1929 cuando se iniciaron los vuelos comerciales, instalándose el campo de aterrizaje frente a la Playa Hornos, en lo que después fue "Hotel Papagayo" y hoy parque público para los niños y, donde hicieron sus incursiones los pilotos Zarate, el chueco Espinoza, Pepe de la Vega y Santacilla.

José de Jesús

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Viernes, 4 de Febrero de 2011 a las 08:29
Carlos Adame
Me parece un excelente trabajo, solo que me gustaria que se diera el credito a la fuente de donde se extrajo parte de el, el libro "Cronicas de Acapulco" de publicaciones municipales fue escrito por el C. Carlos E. Adame Rios, quien fue el primer cronista oficial del puerto de Acapulco y presidente de la asociacion de cronistas de la republica mexicana y la recopilacion corrio a cargo del Prof. Alejandro Martinez Carvajal , cronista asesor del puerto.
por la atencion al presente comentario gracias
Leer más: http://www.monografias.com/traba.../macapul/macapul.shtml...


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