Alma De Poeta
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He tenido tantas veces miedo a la vida, que tengo terror a conducirla, de no saber coger bien fuerte el volante y salga de ella despedido a las primeras de cambio, sin remuneración alguna, ya que tras la muerte ese contrato de felicidad que firme con el destino... expiró, no entrando de todas formas en el seguro... mi propia debilidad. Porque el miedo me hizo equivocarme, coger los caminos incorrectos, los que te alejan de tu corazón... de ti. Tengo miedo hasta de caminar porque mis rodillas me dicen: ¡Para que te caerás! De escuchar a mi corazón decir que no me enamore, harto de escuchar a mi vida decir que no luche, porque luego me ilusiono y al final el cielo se cae en mis ojos, y en mi rostro llueve pedacitos de mi soledad. Tengo miedo de sentirme tan vivo y luego a veces tan muerto, cuando pasas alrededor de la gente como un fantasma que llora por dentro, y ellos ven simplemente un espejismo de lluvia. Porque creo que es lo que soy yo; un espejismo. Pero no lo quiero ser, debo pensar que mi debilidad me hará más fuerte, que debo aprender de mis miedos, o mejor aún; enseñarles yo a ellos que existen gracias a mí y si quieren permanecer en mi vida, que lo hagan para ayudarme a ser mejor persona, a conducir mi vida con la seguridad de tener como volante al corazón, que la luz que me guíe para que no me salga del camino, sea la misma que sale de mi alma a través de mis ojos, diciéndole al espejo de mi vida: ¡Qué dejé ya de preocuparme!¡Qué viva! Que para nada soy un espejismo; porque si sufro o soy felíz de verdad, es que no perdí... me encontró el amor.
Ramón Martínez Pastor
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