EL PLACER DE SERVIR
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Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú. Sé el que apartó la piedra del camino, el odio entre los corazones, y las dificultades del problema. Hay alegría en ser sano y ser justo pero, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir. ¡Que triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho; si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender!. Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios; adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar a una niña. Aquel es el que critica; éste es el que destruye; tu sé el que sirva. El servir no es tarea de seres inferiores; Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así: EL QUE SIRVE. Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy?
¿A Quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?
Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú. Sé el que apartó la piedra del camino, el odio entre los corazones, y las dificultades del problema. Hay alegría en ser sano y ser justo pero, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir. ¡Que triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho; si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender!. Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos; hay pequeños servicios que son buenos servicios; adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar a una niña. Aquel es el que critica; éste es el que destruye; tu sé el que sirva. El servir no es tarea de seres inferiores; Dios, que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así: EL QUE SIRVE. Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día:
¿Serviste hoy?
¿A Quién?
¿Al árbol, a tu amigo, a tu madre?
Gabriela Mistral.
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Boletín Agosto, 1979.
Boletín Agosto, 1979.
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