martes, julio 15, 2025

LA HISTORIA DE TOBÍAS, POR: TRES GATOS Y UNA PALOMA


La historia de Tobías, el que llegó cuando todo se quebraba
Nunca imaginé que un animal tan pequeño pudiera ocupar tanto espacio en mi alma. Llegó en silencio, con los ojos grandes y curiosos, justo cuando todo parecía a punto de romperse. Lo encontré entre unos matorrales detrás de mi casa, con un maullido apenas audible, como quien pide permiso para existir.
Lo llamé Tobías, porque ese nombre suena a ternura y sabiduría. Desde ese día, cada mañana comenzó con sus saltitos y su insistencia por dormir en mi pecho, como si supiera que ahí guardaba lo más frágil de mí.
Tobías no solo fue un gato. Fue la pausa que necesitaba. En sus movimientos suaves, aprendí que el amor no siempre llega con ruido… a veces se cuela por debajo de una puerta, en forma de patita tímida. Él me enseñó que el silencio también puede abrazar.
Hoy, cuando lo veo dormir sobre mis libros o seguirme como sombra por toda la casa, pienso que tal vez no lo adopté yo. Fue él quien me eligió, como quien ve una grieta y decide hacer de ella un hogar cálido


 

lunes, julio 07, 2025

JIM CARREY, SOBRE EL DUELO.


Jim Carrey dijo una vez:

«El duelo no es solo una emoción; es un desenlace, un espacio donde algo vivió pero ya no está. Te atraviesa, dejando un dolor profundo donde antes residía el amor.»
Al principio, se siente insoportable, como una herida que nunca cerrará. Pero con el tiempo, las heridas comienzan a sanar. El dolor se suaviza, pero la huella permanece: un silencioso recordatorio de lo que una vez fue. La verdad es que nunca "sigues adelante". Sigues adelante con él. El amor que tuviste no desaparece; se transforma. Perdura en los ecos de las risas, en la calidez de los viejos recuerdos, en los momentos de silencio en los que aún buscas lo que ya no está. Y eso está bien.
El duelo no es una carga que deba ocultarse. No es una debilidad de la que avergonzarse. Es la prueba más profunda de que el amor existió, de que algo hermoso alguna vez tocó tu vida. Así que permítete sentirlo. Permítete lamentar. Permítete recordar.» No hay un plazo ni una forma "correcta" de vivir el duelo. Algunos días serán pesados ​​y otros más ligeros. Algunos momentos traerán inesperadas oleadas de tristeza, mientras que otros te llenarán de gratitud por el amor que tuviste la suerte de experimentar.
Honra tu dolor, porque es sagrado. Es un testimonio de lo profundo de tu corazón. Y con el tiempo, a través del dolor, encontrarás la sanación, no porque hayas olvidado, sino porque has aprendido a llevar juntos el amor y la pérdida.