martes, octubre 11, 2016

REFLEXIÓN UN PADRE ENCUENTRA A SU HIJA EN SITUACIÓN COMPROMETEDORA

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Imagínate un día encontrar a tu hija adolescente durmiendo con un chico el cual está totalmente desnudo, ¿cómo reaccionarias?

Un padre que paso exactamente por esa situación nos cuenta como fue y lo que ocurrió después:

“Una mañana me dispuse a bajar a desayunar como cualquier otro día. Cuando por fin terminé de bajar las escaleras, me encontré con una muy desagradable “sorpresa”, vi a mi hija de tan sólo 17 años de edad durmiendo con un chico el cual se encontraba totalmente desnudo.


Sinceramente no supe cómo actuar de inmediato, así que me dispuse a preparar el desayuno y mientras lo hacía pensaba en qué le diría a ambos al despertarlos. No lograba aclarar mis ideas, era un conjunto de extrañas emociones, debo confesar que ver a mi “niña” en esa situación me fue un tanto doloroso.

Luego de terminar de cocinar llamé a todos al comedor, claro, lo hice de manera silenciosa para no despertar a los “tórtolos” los cuales dormían plácidamente. Cuando todos tomaron su lugar en la mesa me dirigí al sofá en el que dormía mi hija y el chico, y con voz grave dije: ¡Despierten, el desayuno está servido!, el chico dio el brinco más alto que jamás haya visto, inmediatamente se vistió y temblando se dirigió al comedor, en donde mi hijo quien mide poco más de 1.80 metros, le dio una palmada en la espalda y le indicó donde sentarse. Eso lo preocupó aún más y a simple vista se notaba muy nervioso.

Cuando por fin todos estábamos en la mesa, con toda seriedad me dirigí hacia el chico y le hice una pregunta clave: “¿Te gustan los gatos?”. Con la respuesta del chico pude darme cuenta de que era un joven muy agradable, simpático, inteligente, aunque casi sin educación.

El chico ya era conocido de la familia, había sido amigo de mi hija por varios meses aunque apenas tenían un mes saliendo como algo más. Así que en ese tiempo pude darme cuenta de que era una gran persona, a diario acompañaba a mi hija a casa después del colegio para asegurarse de que llegara con bien. Cuando enfermó él cuidó de ella día y noche, siempre estuvo a su lado, siendo muy compasivo con ella aun en sus cambios de humor.

No sé por qué pero ese día opté por quedarme callado ante lo que mis ojos habían visto, así que la relación continuó. Después de un tiempo, mi hijo como hermano sobre protector investigó al chico y entonces me contó su historia, la cual debo reconocer que me conmovió.

Venía de una familia disfuncional, el padre lo maltrataba y hace años se había suicidado, la madre por su cuenta era adicta al crack y terminó haciendo lo mismo pues no pudo soportar la muerte de su esposo. El chico quedó desprotegido y sin un techo, a veces dormía en casas abandonadas, parques, supermercados, hoteles de paso, etcétera. No tenía para pagarse estudios pues lo que ganaba en la construcción en la que trabajaba apenas le alcanzaba para alimentarse. Su vida no era la mejor y aun así siempre se mostró muy atento con mi familia y sobre todo parecía querer mucho a mi hija, verdaderamente la hacía feliz.

Al principio no podía entender porque mi hija lo había elegido, en el colegio al que asistía iban jóvenes educados e incluso atractivos, pero ahora concuerdo con aquella frase que dice que en el amor no se manda.

Mi hija lo quería, de eso no tenía la menor duda y él la trataba como cualquier padre quiere que traten a su pequeña (excepto por aquella situación que me hubiese gustado nunca ver). Todos en la familia lo apreciaban mucho, el chico logró ganarnos a todos, si, efectivamente a mí también.

Después de un tiempo y de platicarlo con mi esposa, ambos decidimos ofrecerle una pequeña casa de huéspedes que se encontraba dentro de nuestro hogar. Le dejamos en claro que lo queríamos ahí todas las noches y además nos ofrecimos a comprarle algunos muebles, ya que la casa se encontraba vacía. El muy agradecido aceptó la casa pero lo segundo no, dijo que con su esfuerzo el mismo los construiría pues le sabía un poco a la carpintería, nuestro gesto de darle un techo era más que suficiente para él, algo que habló muy bien de él pues otro hubiese aceptado con facilidad.

Después de un tiempo y de comprobar que era un gran chico, decidimos darle educación como a nuestros hijos, incluso llegamos a verlo como un integrante más de nuestra familia. Después de años todos obtuvieron su título, incluso él. Mi hija y él terminaron por formar un lindo matrimonio, entre los dos echaron a andar un gran negocio y me dieron tres hermosos nietos que son mi todo.

Ahora es que pienso que de haber actuado diferente aquel día en que los encontré en aquella situación tan incómoda, la vida de mi hija y de él fuese totalmente distinta. Él no sé dónde se encontraría y definitivamente mi hija no fuese tan feliz como lo es con él. Como padres es cierto que hay situaciones que no debemos dejar pasar desapercibidas, pero a veces es mejor analizar las cosas con calma y permitir que nuestros hijos crezcan y experimenten, que vivan su vida, claro que no estoy diciendo que los dejemos hacer lo que ellos quieran e incluso dormir con chicos a tal o cierta edad, simplemente pensemos antes de actuar. Al menos yo no cambiaría mi posición de ese día, pues ahora gracias a ello mi hija tiene una hermosa familia y un esposo que vive por y para ella, y la hace realmente feliz, ¿qué otra paga puede esperar recibir un padre?”.

Con información de: Porquenosemeocurrio.com

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