Germán Sánchez e Iván García, 'cuates' de plata
(Foto: AL BELLOGETTY IMAGES )
Martes 31 de julio de 2012Alejandro Rodríguez Enviado | El Universaldeportes@eluniversal.com.mx
LONDRES.— Tan cómplices como para tocar timbres en las casas de los vecinos cuando eran infantes. Tan identificados como para considerarse “hermanos”. Germán Sánchez e Iván García culminaron esa relación de “cuates”, con la conquista de una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Sánchez y García concluyeron en el segundo lugar de la final varonil de clavados sincronizados plataforma, una competencia que se definió con la ejecución de un clavado de 4.1 grados de dificultad.
“Es un clavado que entrenamos muchísimas veces. Los últimos días no nos salía bien, pero dijimos: ‘Tanto tiempo que tenemos entrenándolo como para no hacerlo aquí’, y como dicen, el que no arriesga no gana”, dijo Iván al término de la justa.
Su ejecución de cuatro vueltas y media hacia adentro, los catapultó al segundo lugar, después de haber partido desde el octavo peldaño tras los dos clavados obligatorios. Al final del certamen terminaron con 468.90 puntos, superados sólo por los chinos Yuan Cao y Yanquan Zhang (486.78 unidades) y por delante de los estadounidenses Nicholas McCrory y David Boudia (463.47).
Los clavadistas fueron felicitados por el presidente de México, Felipe Calderón. También recibieron elogios por parte de la jefatura de Misión de la delegación mexicana, y fueron nombrados como parte del “mejor equipo de clavados que haya participado en Juegos Olímpicos” por el propio Bernardo de la Garza, director de la Conade.
Para Ivar Sisniega —quien llevó al entrenador Iván Bautista a Guadalajara para un proyecto que fue cancelado entre el Club Chivas y el Code Jalisco— la plata de estos clavadistas es una muestra más de lo que se puede cosechar cuando se trabaja con proyectos apoyados, tanto por el sector público como el privado.
Pero nadie más alegre de entre los presentes en las gradas como los padres de ambos clavadistas. Mientras la familia Sánchez Sánchez limitó su presencia a don Germán y doña Leticia, eran más de 13 los de la familia García Navarro, que tuvo que pedir cuatro préstamos bancarios para hacer el viaje hasta Londres.
German e Iván se convirtieron en la medalla 56 de México en Juegos Olímpicos, un resultado conseguido por la mejor sincronía que dos amigos pueden llegar a tener. Ya pueden llamarlos “los cuates de plata”.
LONDRES.— Tan cómplices como para tocar timbres en las casas de los vecinos cuando eran infantes. Tan identificados como para considerarse “hermanos”. Germán Sánchez e Iván García culminaron esa relación de “cuates”, con la conquista de una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Sánchez y García concluyeron en el segundo lugar de la final varonil de clavados sincronizados plataforma, una competencia que se definió con la ejecución de un clavado de 4.1 grados de dificultad.
“Es un clavado que entrenamos muchísimas veces. Los últimos días no nos salía bien, pero dijimos: ‘Tanto tiempo que tenemos entrenándolo como para no hacerlo aquí’, y como dicen, el que no arriesga no gana”, dijo Iván al término de la justa.
Su ejecución de cuatro vueltas y media hacia adentro, los catapultó al segundo lugar, después de haber partido desde el octavo peldaño tras los dos clavados obligatorios. Al final del certamen terminaron con 468.90 puntos, superados sólo por los chinos Yuan Cao y Yanquan Zhang (486.78 unidades) y por delante de los estadounidenses Nicholas McCrory y David Boudia (463.47).
Los clavadistas fueron felicitados por el presidente de México, Felipe Calderón. También recibieron elogios por parte de la jefatura de Misión de la delegación mexicana, y fueron nombrados como parte del “mejor equipo de clavados que haya participado en Juegos Olímpicos” por el propio Bernardo de la Garza, director de la Conade.
Para Ivar Sisniega —quien llevó al entrenador Iván Bautista a Guadalajara para un proyecto que fue cancelado entre el Club Chivas y el Code Jalisco— la plata de estos clavadistas es una muestra más de lo que se puede cosechar cuando se trabaja con proyectos apoyados, tanto por el sector público como el privado.
Pero nadie más alegre de entre los presentes en las gradas como los padres de ambos clavadistas. Mientras la familia Sánchez Sánchez limitó su presencia a don Germán y doña Leticia, eran más de 13 los de la familia García Navarro, que tuvo que pedir cuatro préstamos bancarios para hacer el viaje hasta Londres.
German e Iván se convirtieron en la medalla 56 de México en Juegos Olímpicos, un resultado conseguido por la mejor sincronía que dos amigos pueden llegar a tener. Ya pueden llamarlos “los cuates de plata”.
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