Cuando recuerdo, (lo poco que recuerdo) de mi infancia, me pregunto si realmente soy yo la chica atrevida y audaz que viene a mi mente. ¿¿Quedará algo de ella en mí???. ¿En qué momento o en que parte de mi vida se perdió el camino que debería haber seguido naturalmente?, No sé cuando me convertí en lo que soy. No soy siquiera una pequeña sombra de lo que fuí hace 30 ayeres.
¿Cómo era?, a lo único que le tenía miedo era a la oscuridad, sobretodo si veía alguna película de terror, el tema del fin del mundo siempre fue un tema aterrador, las profesías de los papas eran lo peor de lo peor... yo nunca quería escuchar nada acerca del fin del mundo... fue una gran proeza ver la película de Armaghedon, sin embargo mi gusto por Bruce Willis, ganó la partida, y sobreviví a la catástrofe. El tema de los terremotos aún me sigue poniendo los pelos de punta, pero cuando era chica no le tenía miedo a las alturas, lo sé porque me subía a las azoteas por ventanas y tubos del desague, me subía a los pinos con los primos, saltaba enrejados y andaba entre bichos en los lotes baldíos cazando víboras pequeñas grises y suaves, tengo la seguridad de que no eran lombrices porque sacaban su pequeña lengua rosa repetidamente y me gustaba verlas enlazarse entre un dedo y otro de mi mano. atrapábamos catarinas en pequeños botes de cristal y aquellos bichos negros con un color rojo encendido debajo de sus alas. Eso era la vida, si había crisis, no me acuerdo... si existían los secuestros, no lo recuerdo, salíamos a jugar muy noche... sin miedo a nada, pero a ciencia cierta no sabría decir si era por la edad que no nos preocupaba nada o era porque en verdad esa palabra: "Inseguridad", no existía aún en el vocabulario habitual de las personas.
Extraño las luciérnagas brillando de noche, cuando los girasoles crecían libres y no se tenía que pagar $2o pesos por cada uno, crecían tan fácilmente en cualquier lado... ahora también viven sujetos a reglas, buscando quizá también volver a los "buenos tiempos aquellos" donde eran libres al viento...
He perdido tanto... y me acuerdo de esa canción que dice: "Cuánto gane, cuánto perdí...."...
Sí, es cierto, la vida se va... pero antes de que se vaya completamento tengo que volver a encontrar el camino que perdí... volver a ser felíz con las pequeñas cosas que la vida nos da.
Buscar el verdadero sentido para no irme con los bolsillos vacíos, porque las tres corcholatas oxidadas que ayer eran mi gran preciado tesoro, se perdieron y necesito encontrar un nuevo talisman que me haga sonreir...
Ya no busco tener millones de pesos en mis manos, me conformo con encontrar el camino hacia mi interior y recuperar ese "algo" que se apagó en mí, quiero volver a encender de fuego mi mirada, y sentir en el pecho un corazón renovado....
Así que hay que empezar a caminar hacia adelante. Debo la expedición más loca del planeta hacia el centro de mi ser y encontrar el núcleo de todo el meollo del asunto...
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