Después de horas de deliberarlo le marque a Dios para pedirle su opinión:
- Wey, he decidido volverme un tuitstar - le dije.
- A caray y eso que es? - preguntó.
- No mames como no sabes? Qué clase de Dios eres? Fraude! Fuera Peña! Fuera Peña!- le dije en tono burlesco.
- Cálmate y explica! si no quieres que te cuelgue! - Me dijo con voz molesta, y como no supe si se refería solo a colgarme el teléfono, mejor le expliqué a que me refería.
- Pues mira, un tuitstar es un monito que se dedica a decir frases a cada rato en el twitter y tiene miles de fans, namás por decir sus ocurrencias, y se vuelven harto famosos! Eso del twitter es una maravilla me cae! - le conté con un ligero aire de emoción.
- No entiendo lo maravilloso del asunto, por qué alguien habría de interesarse por lo que tu puedas decir? No inventes! Ponte a chambear, a poco te van a pagar por eso? - dijo mostrando un poco de apatía.
- Pues es que el pago es la satisfacción de tener montones seguidores que comentan todos los días lo que has estado diciendo - entonces se me prendió el foco - Sería como lo que tú haces! Nomás sin Moiseses ni Jesuses ni ningún otro intermediario, directito de la fuente… es más porque no sacas un twitter oficial y te evitas de broncas, no mejor no, porque seguro me opacas… tons que? te late mi idea? - le pregunté, pero como siempre, Dios ya había colgado...