EL APASIONANTE MUNDO DE LAS LIBÉLULAS
Maravillosos insectos alados de biología prodigiosa
Las libélulas u Odonatos son insectos esencialmente veraniegos. Son unos animales fascinantes, con unas características biológicas que nos facilitan su observación. Los adultos de las libélulas están entre los insectos más grandes y espectaculares: sus extraordinarios coloridos, sus fenomenales acrobacias en el vuelo y sus peculiares características biológicas hacen de ellas unos seres fascinantes. Esos colores en sus abdómenes son claves para la diferenciación de las especies siendo relativamente fáciles de reconocer con un poco de práctica.
Se han identificado en el mundo unas 5.700 especies, viviendo la mayoría de ellas en los trópicos. En Europa habitan unas 120 especies y 77 de ellas en la Península Ibérica.
Las libélulas se localizan mejor en puntos de agua dulce (en movimiento o estancada) y cuando hace calor. La salinidad es incompatible con la vida de las libélulas en su fase larvaria, pero condiciones de baja salinidad son toleradas por ciertas especies. Sin embargo, muchas libélulas pueden encontrarse lejos del agua: prados, claros de bosque, bordes boscosos, caminos, etc. Especies asustadizas como varias de la familia Gomphidae, son más fáciles de localizar en estos lugares.
Gomphus simillimus Selys, 1840
Origen de la palabra “odonato”
El término “odonato” proviene de la contracción de dos palabras griegas: odontos (diente) y gnathos (mandíbula). Fue acuñado por primera vez por el naturalista y economista danés Johan Christian Fabricius en 1792, y hace referencia a las potentes mandíbulas que tienen las especies de este primitivo orden de insectos alados compuesto por las libélulas y los Caballitos del Diablo.
Caza
Tienen dos modos de cazar cuando son adultos:
a) posadas en una atalaya esperan a que pase una presa, que pueden ver a varios metros de distancia con sus grandes ojos, y van hacia ella con un rápido vuelo;
b) cazando al vuelo: hay especies que constantemente patrullan su territorio y aquella posible presa que se acerca a él es capturada.
En ambos casos, una vez localizada la presa, se dirigen directamente a ella y con las mandíbulas , ayudado por las espinas de sus patas, las capturan clavándolas en ellas. Las especies con posadero o atalaya, devoran sus presas parándose en esa atalaya o entre la vegetación cercana y las especies patrulleras las devoran en vuelo.
Ischnura graellsii (Rambur, 1842) devorando una efémera
Dípteros (moscas), lepidópteros (mariposas), neurópteros, himenópteros (hormigas, abejas y avispas) e incluso otros odonatos, son sus presas habituales, siempre y cuando sean de menor tamaño.
Cordulegaster boltonii (Donovan, 1807) devorando un macho de Coenagrion mercuriale (Charpentier, 1840)
Características principales.
1.- Las libélulas tienen vida anfibia.
Sus larvas viven en el agua y los adultos en tierra. La larva muda, es decir, cambia su “camisa” exterior por otra más grande, entre 7 y 17 veces para poder crecer. Cuando termina su desarrollo como larva (entre unos meses y tres años) abandona el medio acuático y sale de su última muda (llamada exuvia), estira sus alas bombeando hemolinfa a través de su intrincada red de venas alares, y vuela. Este hecho se conoce como emergencia. Es extraordinario que un animal que hasta ese momento ha vivido en el agua, respirando en ella y cazando animales acuáticos pase, en el transcurso de unas decenas de minutos, a respirar en el aire (una semana o varios días antes ha dejado de comer y se dedica a pasar largos periodos fuera del agua y respirando aire por los estigmas torácicos y abdominales), cazar presas que no ha visto nunca y volar con una destreza que no es comparable con ninguna otra especie animal.
2.- Las libélulas son depredadoras.
Todas las especies cazan tanto en fase larvaria como adulta. Los adultos se alimentan de insectos y las larvas lo hacen en sus primeras fases sobre protozoos, y posteriormente depredan larvas de otros insectos, crustáceos, moluscos etc. aunque también pueden abastecerse de pequeños peces, renacuajos y ranas adultas u otros anfibios. Asimismo, ellas son devoradas por otros insectos (mantis), arañas y pájaros y por otras libélulas.
3.- Tienen un único modo de reproducción con inseminación indirecta y fertilización aplazada.
El esperma es transferido por el macho desde su ápice abdominal donde es producido (genitalia primaria) a su segunda genitalia (genitalia secundaria), que se encuentra en la base del abdomen desde donde es trasvasado a la hembra durante la cópula; los huevos son colocados ya fertilizados por la hembra en el agua. El esperma de otros posibles machos con los que la hembra hubiera realizado una cópula anterior, es retirado por el macho con una especie de paleta o espátula que posee en su genitalia secundaria, asegurándose de ese modo que los huevos fertilizados durante su cópula serán inseminados únicamente con su esperma.
Transmisión del esperma de la genitalia primaria a la secundaria
en un tándem de Lestes virens (Charpentier, 1825)
Estos hechos tienen mucha importancia en el comportamiento de las libélulas, ya que, por ejemplo, explica la fiereza con que defienden sus territorios de otros machos para asegurarse los mejores lugares para el desarrollo de sus larvas (calidad de agua o cantidad de alimento) o la postura de la cópula (en forma de corazón) cuando se produce la transferencia de esperma de la genitalia secundaria a la primaria o la acción de vigilancia que el macho realiza cuando la hembra pone los huevos para evitar la intromisión de otros posibles machos rivales.
Cópula en forma de corazón de Enallagma cyathigerum (Charpentier, 1840)
Longevidad
Las libélulas de nuestras latitudes pasan en estado de larva entre 1 mes y 6 años, según especies, mientras que de adultos tienen una longevidad media entre 8 y 60 días, según las especies, y sólo una (Sympecma fusca) es capaz de pasar todo el invierno en estado adulto.
Estatus
La abundancia de especies en un área concreta es susceptible de cambiar a lo largo del tiempo. Muchas especies han desaparecido localmente como resultado de la destrucción y degradación de sus hábitats. Por ello, algunas especies han sido incluidas en la
Lista Roja de la Directiva Hábitats Europea.
Por el contrario, hay especies que se han beneficiado del aumento de temperaturas en el verano y han ampliado su área de distribución en altitud y latitud: Erythromma viridulum, Anax imperator y Crocothemis erythraea por ejemplo. Este incremento es en muchas ocasiones invasivo en lugar de gradual. Especies como Aeshna affinis o Sympetrum fonscolombii pueden aparecer y reproducirse en un área donde previamente han sido inexistentes o raras. Otras especies pueden tener una aparición eruptiva (Sympetrum flaveolum) o expansiva (Sympetrum pedemontanum). Y otras como Lestes viridis y Orthetrum cancellatum, se benefician de estanques y canteras (donde con el tiempo se forman charcas endorreicas) creadas por el hombre.
Hábitat
Muchas especies son muy específicas en sus requerimientos habitacionales; otras son exclusivas de aguas corrientes (limpias y/o ligeramente contaminadas) o de aguas estancadas. Así, podemos hacer un listado de hábitats por orden de importancia:
1.- Tipos de aguas: corrientes versus estancadas.
La totalidad de las especies están ligadas a aguas corrientes (arroyos y ríos) o a aguas estancadas (charcas, lagunas y lagos). Esta estricta dicotomía, opera a un muy alto nivel taxonómico. Las familias Cordulegasteridae y Calopterygidae están restringidas a aguas con corriente, mientras que Coenagrionidae y Libellulidae son casi exclusivas de hábitats con aguas estancadas. Estas diferencias pueden estar determinadas por la concentración del oxígeno disuelto en el agua y por la diferencia del suelo entre ríos (piedras y arenas) y lagos (limos), así como por la temperatura de las aguas y su composición química..
2.- Temporalidad del agua: temporal versus permanente.
Muchas especies son intolerantes a la desecación de sus hábitats o a las fluctuaciones de temperatura que son asociadas a los cambios en el nivel de agua. Otras son resistentes en huevo o larva a periodos de sequía y pueden aprovecharse del calor para una mayor estimulación en el crecimiento de las larvas acelerándolo. Eso es lo que sucede con Lestes y Sympetrum.
3.- Vegetación.
La presencia de plantas tanto sumergidas como flotantes o emergentes, favorecen la puesta de huevos y la supervivencia larvaria. Asimismo, la vegetación herbácea y arbórea sirve de refugio a muchas especies de zigópteros.
4.- Aguas contaminadas.
El status eutrofizado y el pH, juegan un importante papel en el sustrato, la vegetación y la calidad de las aguas. Condiciones externas como la acidificación o la eutrofización, a menudo hacen que esa zona contenga un reducido número de especies, aumentando su número a medida que se suavizan ambas condiciones. Las concentraciones de sustancias químicas en el agua, condicionan mucho la habitabilidad de insectos tan sensibles a la contaminación como son las libélulas.
Ejemplo de charca contaminada donde no puede prosperar ninguna puesta de libélula
Época de vuelo
El ciclo de la vida de las libélulas y el periodo de vuelo de los adultos vienen determinados por el desarrollo de sus larvas. Los adultos sólo pueden emerger cuando se ha completado su desarrollo larvario. Ese crecimiento viene dado por la temperatura del agua y la disponibilidad de alimento. Como resultado de estas variaciones se producen diferencias regionales de los periodos de vuelo.
La variabilidad en el tiempo del vuelo de una misma especie, lo podemos ver en Anax imperator, que puede completar su ciclo vital en un año (univoltina) y comportarse como “especie estival”, o en 2 años (semivoltina) y ser una “especie primaveral”. Algunas veces ambos tipos habitan en las mismas aguas. Así, Sympecma fusca tiene un comportamiento inusual porque hiberna en estado adulto: los imagos hibernantes mueren después de haber puesto los huevos en primavera y la siguiente generación emerge al final del verano o comienzos del otoño, viviendo durante todo el invierno en oquedades, cuevas o ¡entre la nieve! En regiones áridas del norte de África, los hábitats de puesta pueden llegar a secarse en verano; allí los adultos se ven sólo en primavera cuando emergen, pasando el estío en otro lugar (por ejemplo en las regiones forestales de montaña) y vuelven en otoño cuando llega la temporada de lluvia al lugar donde emergieron. Esto se denomina estivación y es lo contrario de hibernación que es la adaptación necesaria que se produce cuando las condiciones resultan desfavorables en temporada seca, ya que los imagos deben sobrevivir desde la emergencia hasta la puesta; es característica, por ejemplo, del sur peninsular, donde siguen esa pauta Aeshna mixta y Sympetrum striolatum además de una gran parte de la población de Lestes viridis, unos por estar asociados a lagunas fluviales que se secan en verano y el otro por desarrollarse en arroyos que desaparecen igualmente. Sympetrum fonscolombii sigue la estrategia de migrar y, así, podemos verlas cuando va a terminar el invierno o recién estrenada la primavera pasando el Estrecho de Gibraltar en dirección a Europa agarradas en las maromas de los barcos, por ejemplo.
La identificación
En www.libellulasman.com encontrarás fotos de muchas especies desde diversos ángulos. Con ello se pretende no sólo mostrar la belleza de estos asombrosos insectos, sino poder conseguir identificar la mayor parte de las especies en el campo.
Conocimiento en España
Los datos de distribución de las libélulas en España están lejos de ser completos. Las regiones de Asturias, Galicia, Cataluña, Andalucía y La Rioja son las más estudiadas. Hay en la Península Ibérica un total de 77 especies, aunque regularmente se producen colonizaciones de espacios por parte de especies norteafricanas (la última Trithemis kirbyi descubierta en Málaga en 2008).
Las diferencias climatológicas y de hábitats entre el norte y el sur, se refleja en la fauna odonatológica particular en cada zona, aunque los numerosos estudios realizados en los últimos años han hecho restar exclusividades de especies de tanta importancia biológica como Macromia splendens y Oxygastra curtisii, pues hasta hace poco tiempo se creían exclusivas del norte de la península y su área de distribución actualmente comprende provincias sureñas como Cáceres y Cádiz donde son relativamente comunes en ciertos parajes.
Macho de Oxygastra curtisii (Dale, 1834)