
Y Me quede sentada,
sin decir nada,
mientras la noche caía sobre mí como una cobija sobre mi espalda...
El viento comenzó a jugar con mis cabellos, que volaban alocadamente hacia un lado y hacia el otro...
A media noche el primer grano de arena cayó cerca de mi pie izquierdo... y de ahí se dejo venir una lluvia de sal y azúcar...
Al amanecer sólo quedaba un montecito de arena suave y tibia,
¿Quién podría encontrar mi corazón en medio de toda esa arena?, necesitaría hurgar un poco en lo desconocido...
un puño de arena,
en eso se convirtió la vida.
Lucía.
Lucía.
un puñado de arena tiene casi infinitos granos, tantos como momentos guardados en una vida. Intenta no perder grano a grano esos momentos cuando intentes cerrar tu vida en un puño :)
ResponderBorrar